Economía

El proyecto de Emerita para Aznalcóllar aspira a crear 500 empleos directos

El desembolso de esta empresa canadiense para reactivar la explotación minera oscilaría entre los 230 y 260 millones de euros, según estiman sus promotores.

el 29 jun 2014 / 11:53 h.

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mina-aznalcollar La empresa minera canadiense Emerita Resources, cuyo accionista principal es el grupo financiero Forbes & Manhattan, y una de las sociedades que opta a la adjudicación de la explotación de la antigua mina de Aznalcóllar, desgrana que el modelo de explotación subterránea que ha planteado para su reapertura, supondría una inversión de entre 230 y 260 millones de euros y podrá generar en torno a 400 o 500 empleos directos. El presidente y consejero delegado de Emerita Resources, Joaquín Merino, indicó que con este proyecto –que ya adelantó este periódico a principios del pasado mayo– pretende «añadir valor a una cosa que hoy en día no lo tiene», al tiempo que garantiza la financiación para su desarrollo. «La gente piensa que las minas se encuentran, pero realmente lo que se encuentra tras invertir en exploración son los depósitos minerales, las minas hay que hacerlas», aseveró en declaraciones a Europa Press Merino, quien destacó la importancia de los minerales en el depósito polimetálico de Aznalcóllar, que contiene cobre, plata, plomo y zinc. A día de hoy y a falta de una mayor información, Emerita cree que «hay ley suficiente en Aznalcóllar para realizar una mina de explotación subterránea». Merino aseguró que desde el punto de vista ambiental «el impacto de una mina subterránea es mucho menor que en la minería a cielo abierto», a lo que se une el hecho de que «socialmente es más aceptable y requiere una inversión inicial menor», de tal forma que «todos los planetas se alinean hacia la posibilidad de una mina subterránea», dijo. Explicó que las minas subterráneas se explotan partiendo de los niveles inferiores hacia los superiores del yacimiento y «permiten un minado más selectivo, al ir justo a lo que es el mineral de mayor ley». En una tonelada de roca de Aznalcóllar –precisó– hay varios minerales cuya distribución «no es homogénea», sino que cada metal aporta un valor expresado en forma de dólar (o cualquier otra unidad monetaria), de forma que la planificación de la mina «se hace con la intención de empezar por las zonas que van a aportar un mayor valor, para conseguir la recuperación de la inversión en el menor tiempo posible». Merino estimó que, de adjudicarse su empresa el proyecto, éste podría emplear a alrededor de 450 o 500 personas de forma directa, cifra que «se puede multiplicar por diez, once o doce en el caso del empleo indirecto e inducido», precisó. Por otro lado, indicó que el depósito mineral es finito, de forma que «la única manera de mantener la operación minera es encontrar otros depósitos», por lo que anunció la intención de Emerita Resources de invertir también en exploración para aumentar los recursos. Joaquín Merino. Foto: PEPO HERRERA Joaquín Merino. Foto: PEPO HERRERA El presidente de Emerita explicó que la filosofía de Emerita como empresa de Forbes & Manhattan es «desarrollar minas y apoyarlas con la exploración». El reto de cualquier operación es reponer las toneladas extraídas con toneladas de nuevos recursos. Se necesita por tanto destinar la inversión necesaria en reponer las toneladas que se van a extraer con toneladas nuevas y la única manera es a través de la exploración». La idea de Emerita, detalló, es extraer unas 3.000 o 4.000 toneladas diarias de mineral, que se procesarán en una planta de tratamiento propia hasta separar los sulfuros metálicos, y así «se produce el concentrado de mineral, que se comercializa con compañías de fundiciones». Estas fundiciones compran ese concentrado con las que producen el metal separándolo de la llamada escoria. «La mayor parte del valor que el mineral puede generar en toda la cadena se le ha dado durante la extracción», toda vez que «la I+D consiste en encontrar un depósito de mineral que se desconoce, desarrollar un recurso, entrar en las profundidades de la tierra y sacarlo». Emerita pretende aplicar una técnica de tratamiento de residuos que se viene utilizando desde finales de los años 60 en Canadá, por la que se mezclan los residuos procedentes de la producción de concentrado con un material aglutinante de cemento para formar una especie de pasta, que se introduce en la mina, rellenando los huecos que van quedando. Esto además ayuda a dar soporte y estabilidad a la mina subterránea. «La idea es hacer una mina casi invisible, de forma que los residuos que se generen tras los diversos procesos se vuelven a poner en su sitio».

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