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Un nuevo tridente para soñar esta temporada con los triunfos

El Sevilla ha dado un paso adelante en la conformación de su delantera. Bacca y Gameiro, intransferibles. Rusescu ha dejado su puesto a Iago Aspas.

el 08 ago 2014 / 11:49 h.

bacca gameiro detalle efe_opt Bacca y Gameiro: dos de los puntales de la delantera del Sevilla (Fuente:EFE) Los sevillistas contemporáneos contarán durante décadas y décadas que una vez, hace poco, tuvieron una delantera de miedo que hizo las delicias del Sánchez-Pizjuán tarde tras tarde. Aquel tridente formado por Frederic Kanouté, Luis Fabiano y Álvaro Negredo desde 2009 hasta 2011 ha pasado al altar de Nervión para los restos, junto a la célebre delantera Stuka de los años 30 y 40 (López, Raimundo, Campanal, Pepillo, Berrocal y Torróntegui), que provocaba pavor por toda España. Para el curso 2014-15, Monchi ha querido dar un paso más respecto al año pasado, cuando le hizo un acertado lavado de cara a la delantera sevillista. Bacca, Gameiro y Rusescu suplieron a Negredo, Babá y Manu del Moral. Los dos primeros lo hicieron con rotundo éxito. El rumano, tapado por los dos primeros, ofreció detalles de poder haber sido útil, pero nunca convenció a Emery. Ahí empieza la fortaleza del nuevo Sevilla, decidido a mantener al ariete colombiano y al francés y a suplir a Rusescu con un delantero del nivel de Iago Aspas. El gallego, viejo deseado de Monchi, ha despertado cierta ilusión. Si recupera el nivel exhibido hace dos temporadas en la Liga, conformará en Nervión un nuevo tridente de miedo. Es cierto que Aspas no ha triunfado en Liverpool. La feroz competencia que ha tenido en Anfield (Luis Suárez y Sturridge sobre todo) le ha cerrado el camino. Pero al igual que sucedió el pasado verano con Gameiro (infrautilizado en el PSG), hay que mirar a las temporadas previas para conocer el alcance real del potencial de Aspas. El ya sevillista explotó en la Segunda División vestido con la camiseta del Celta, su equipo de toda la vida. En la campaña 2011-12 catapultó al equipo gallego a Primera con 25 goles, convirtiéndose en el ídolo de Vigo, incluso antes de corroborar en la máxima categoría el potencial exhibido en Segunda. Más información en las páginas de El Decano Deportivo.

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