Local

Empanada mediática

La terna llenó la plaza por dentro y por fuera pero sólo El Fandi sacó algo en claro.

el 24 abr 2010 / 20:41 h.

El Fandi, en un momento de su actuación.

Cualquiera convence a la empresa de que urgen cambios en la fórmula -tan manida y previsible- del Sábado de Farolillos. Los mediáticos llenaron los tendidos de la plaza y atrajeron la bulla más compacta que se recuerda en los alrededores del histórico coso, que parecía una iglesia antes de la salida de la más populosa cofradía de barrio. No se podía dar un paso por la calle Iris y entrar a la plaza por la Puerta del Príncipe era un empeño casi imposible para el espectador pagano.

Pero la corrida respondió punto por punto al guión establecido. Hubo ejemplares interesantes en el encierro de Torrestrella que quedó incompleto por la insolvencia taurina del palco. El señor Teja se apresuró a devolver a un ejemplar de preciosas hechuras, el quinto, que se dejó el morro por el suelo y se entregó a tope en el caballo. Nos quedamos con las ganas de verlo en la muleta por no se qué manita doblada que sólo sería un calambre. ¿Es eso defender la integridad del espectáculo? ¿Así se protege al aficionado? En los corrales esperaba un horrendo ejemplar de Toros de la Plata que cantaba su mal juego antes de salir al ruedo. Además, contaba con pésimos antecedentes después del que le echaron a Enrique Ponce el pasado miércoles con el mismo hierro. Esa autoridad y su legión de veterinarios es la misma que permitió que el sexto saltara al ruedo con una cornada en el anca de la que colgaba un largo cuágulo. A ése no lo devolvió. Vaya petardo.

De los toros interesantes que mencionábamos más arriba, el mejor fue el primero. Un ejemplar sensacional para el torero, seguramente el mejor de toda la Feria, que certificó que la guerra de El Cordobés -rey de Taifas en los pueblos- pertenece a otros escenarios. El simpático Manuel Díaz se hartó de darle mantazos sin cruzarse ni una sola vez. Mientras, el peculiar público del Sábado de Farolillos no decía esta boca es mía al ver las rebosantes, enclasadas y nobles embestidas de un ejemplar que habríamos soñado ver en otras manos más solventes.

Manolo, que se llevó el lote del desigual encierro de Torrestrella, tampoco se decidiría a dar el paso con el cuarto, un animal de fondo noble que respondía bien cuando se le llevaba bien tocado, aprovechando la inercia de sus embestidas.
Pero el encierro aún tuvo más matices. El segundo fue otro toro de nobleza algo sosa que quedó un punto inédito. Rivera anduvo mucho tiempo en la cara, siempre periférico y escaso de compromiso, en una faena a la que le faltó hilván. Con el matador gravitando por las afueras, los muletazos surgieron de uno en uno, mientras los tendidos se impacientaban. Con el horrible sobrero que hizo quinto no tuvo opciones. Sí pudo banderillearlo con corrección y sobriedad antes de comprobar que el animal no quería pelea. Sólo salió de su refugio de las tablas para ponerse andarín e impedir que Rivera pudiera cuadrarlo para matar.

Con el lote más exigente, El Fandi no desaprovechó una sola ocasión de agradar y se empleó en los tres tercios de la lidia con distintos resultados. Brillante con el capote, banderilleó con precisión y espectacularidad al tercero de la tarde: el primer par se resolvió con una deslumbrante moviola; el segundo, con un leve cuarteo dejando llegar al toro; el tercero fue de violín, parando al toro en los medios. Lástima que el astado no le dejara andar agusto después. Cortito de viajes, orientado, no había manera de estar delante. Pero El Fandi iba a mostrar su cara más seria peleándose con el sexto, que le sopló un guantazo en un difícil y esforzado tercio de banderillas. El animal llegó a la muleta con una descompuesta y bruta movilidad que sirvió para certificar la solvencia del granadino, que se fajó de verdad y pudo cortar un trofeo si llega a andar más fino con el acero.

 

Ficha del festejo.

Ganado: Se lidiaron cinco toros de Torrestrella, bien presentados y un sobrero de Toros de la Plata, de feas hechuras y pésimo comportamiento. De los titulares, el primero resultó sensacional en la muleta. Segundo y cuarto fueron nobles y a menos. El tercero fue protestón y se orientó pronto. El sexto, violento y emotivo.
Matadores: El Cordobés, silencio en ambos.
Rivera Ordóñez, silencio en ambos.
El Fandi, ovación y ovación tras aviso.
Cuadrillas: Salu
Incidencias: La plaza se llenó en tarde plomiza y muy bochornosa. 

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