Nicolás Richard es boliviano, llegó a España hace tres años con un título de electrónica y telecomunicaciones que no le sirvió para encontrar trabajo. Logró empleo como ayudante de cocina, haciendo chapuzas o como temporero en el campo y actualmente realiza prácticas de pinche de cocina en un hotel sevillano, tras un curso realizado gracias a Cruz Roja con el que confía obtener un contrato que le permita lograr el permiso permanente de residencia.
Pero además, desde esta semana, es uno de los rostros de la campaña publicitaria puesta en marcha por Cruz Roja con un mensaje:que contratar a un inmigrante no es caridad sino una oportunidad para Andalucía del aprovechar el potencial de una mano de obra cualificada.
El servicio de orientación al empleo de Cruz Roja ha atendido este año a unas 9.000 personas y logrado la inserción laboral del 15%. Su campaña Oportunidad para todas las personas muestra la aportación de los inmigrantes en positivo para que no se vean más castigados por la crisis.
