Local

En Andalucía, todos a una

La disciplina interna no ha fallado en el PP-A. La unidad que la delegación andaluza ha demostrado en el precongreso ha sido una de las claves para desactivar aspiraciones de una candidatura alternativa.

el 15 sep 2009 / 06:37 h.

TAGS:

La disciplina interna no ha fallado en el PP-A. La unidad que la delegación andaluza ha demostrado en el precongreso, respondiendo con una sola voz cuando los críticos de Mariano Rajoy atacaron directamente a Javier Arenas, ha sido una de las claves para desactivar aspiraciones de una candidatura alternativa.

Desde que Mariano Rajoy perdió las elecciones el pasado 9-M, no ha habido comparecencia pública de Javier Arenas en la que no haya hablado en nombre de todo el PP andaluz asegurando con voz firme que ése es su candidato. Ayer, poco después de que trascendiese que Arenas va a volver a la dirección nacional del partido y se va a encargar de la coordinación de la política autonómica y local, Arenas dijo a los periodistas en estos meses ha hablado prácticamente a diario con su líder. Su vicesecretaría no fue una sopresa para él porque, según dio a entender, forma parte de una estrategia en la que Arenas ha estado presente desde el principio.

Que el líder andaluz salga reforzado a escala nacional no es casual. Con 140.000 militantes en Andalucía, Arenas dirige la delegación de más peso en el XVI Congreso Nacional que hoy comienza en Valencia, el máximo órgano de decisión del partido al que el PP-A lleva 436 compromisarios elegidos por las bases y 50 natos.

El voto de esta delegación resulta decisivo para cualquiera que aspire a dirigir el partido. Cada delegado tiene su papeleta y un voto secreto pero Arenas se ha cuidado de controlar los resortes necesarios para que se pronuncien con una sola vez. Salvo escapes incontrolados por descontentos concretos, en la dirección andaluza del PP confían en que no haya salidas de tono de la delegación andaluza.

Así ha sido en todo el precongreso. Si algún popular andaluz hubiese querido promover una corriente alternativa a Arenas habría tenido la oportunidad servida en bandeja: el altavoz del precongreso y al cobertura de los críticos. Pero ni las peticiones de primarias ni el tirón de nombres con predicamento en Andalucía como María San Gil han dado lugar a una contestación interna en las filas andaluzas.

Además de engrasar las relaciones entre los barones autonómicos y promover escenificaciones en favor de Rajoy -ha tenido una constante interlocución con Francisco Camps, María Dolores de Cospedal o Ramón Valcárcel-, Arenas se encargado en estos meses de mantener prietas las filas en las ocho provincias andaluzas.

Desde 2004 ya había trabajado en situar al frente del partido en las provincias a nombres de su confianza absoluta, y en estos meses ellos y los alcaldes le han servido para trasladar la idea que, sin Rajoy, el PP-A pierde. "Es el líder andaluz que más se ha volcado con Andalucía", ha repetido una y otra vez Antonio Sanz, secretario general del partido en Andalucía, dejando en peor lugar el trato de José María Aznar.

Un buen ejemplo se dio a raíz del ataque de Juan José Güemes, hombre de confianza de Esperanza Aguirre, al PP andaluz. Güemes dijo lo que dice el PSOE: que en Andalucía los populares llevan 30 años perdiendo. Inmediatamente, los ocho presidentes, los cinco alcaldes de las capitales y los de otros ayuntamientos plantaron cara al PP de Madrid.

  • 1