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En busca de las tapas perdidas

Bar Los Dardos (Centro). Tapas de comida casera en una bar familiar en una placita encantadora.

el 10 oct 2014 / 12:30 h.

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Exterior del bar Los Dardos. / J.C. Exterior del bar Los Dardos. / J.C. LA FICHA:

  • Domicilio: C/ Misericordia, 1. Pza. del Pozo santo.
  • Horario: De 8:00 a 24:00 a cierre. Abre todos los días.
  • Propietario: Marcelo Jiménez Iglesias.
  La Plaza del Pozo Santo guarda la historia de una leyenda milagrosa, allí había un pozo donde cayó un niño, la Virgen hizo que el pozo se llenara hasta que el niño subió en sus aguas hasta la calle, pero no es la única historia que guarda esta recoleta plazoleta detrás de la Encarnación, por ella brujuleaba un hombre sin casa, pobre, el señor Troncoso de la canción de Triana, que por allí ensayaban. Hay otras historias, pero esas no vienen aquí al caso. Lo que sí viene al caso es hablar de un bar pequeño, abierto al exterior, con una deliciosa terraza bajo los naranjos de la plaza y un comedor que lo amplió hace poco, salón donde sentarse cómodamente a probar tapas y donde los jóvenes talentos de la cercana facultad de Bellas Artes pueden pactar una exposición sin coste alguno. Los Dardos no llama la atención especialmente por su decoración, pero si nos fijamos en sus pizarras colgadas por el bar y en las vitrinas con los productos frescos, frutas, verduras, pescados, empezamos a sospechar que nos puede deparar alguna sorpresa agradable. Para empezar, los precios, el botellín de Cruzcampo a 0,80, la caña de grifo a 1,10 euros, las tapas a poco más de 2,00 euros y con un desayuno completo te regalan un zumo de naranja natural, no está mal. El propietario Marcelo Jiménez Iglesias nos presenta el interior del lugar  / J.C. El propietario Marcelo Jiménez Iglesias nos presenta el interior del lugar / J.C. El negocio lo inició en una pequeña zona de lo que ahora es el bar, Marcelo Jiménez Iglesias en 1980, luego se amplió a toda la esquina y en 2011 cogieron el local de al lado para el nuevo comedor. La filosofía simple y clara, cocina casera tradicional hecha por la familia, su mujer y sus dos hijos están implicados en el negocio. La carta de tapas es amplia y todos las recetas se pueden preparar para llevar, entre sus especialidades algunas tapas emblemáticas de barras sevillanas, como unas excelentes, por su tamaño y preparación, gambas al ajillo (2,25 euros), en su canónico recipiente de barro, ajo picadito y una guindilla entera para que el comensal se gradúe el pique según preferencias. Otra de las especialidades son los chipirones a la plancha (2,25 euros), servidos con una ensalada de lechuga y tomate de inmaculada frescura y con una salsa alioli de receta del propietario suave y sabrosa que realmente exalta el sabor de la tapa. Pero el éxtasis del verdadero arqueólogo tapero llega con el descubrimiento de la sangre encebollada (2,25 euros), tapa desaparecida de las pizarras sevillanas, antaño frecuentadas por otras como los riñones al Jerez, los huevos a la flamenca o la carne con tomate, entre otras. En este caso la sangre estaba muy bien ejecutada, quizás algo corta de especias, y de enjundia en la salsa. La carrillada de cerdo al PX (2,25 euros) sí estaba más condimentada, aunque el toque del vino dulce era inapreciable, la carne estaba blanda y jugosa, acompañada con patatas fritas caseras. Chipirones a la plancha y gambas al ajillo. Chipirones a la plancha y gambas al ajillo. Además de la mencionada cerveza, por cierto, la caña se sirve en vaso fino de sidra, fría y bien tirada, hay varios vinos para escoger, los blancos son sureños, como el Maestrante de Barbadillo y el Tierra Blanca, en tintos buenos representantes de Rioja, con un gran Ramón Bilbao y un más mediocre Montecillo, como ha caído este vino a lo largo de los años, los riberas no merecen especial atención. El público es variopinto, pero podemos ver desde estudiantes, extranjeros, gente del barrio y sevillanos que buscan su cocina casera, como sus famosos serranos (3,00 euros en barra y para llevar), también los hay más pequeños, serranitos claro, además variedad de pescados fritos, revueltos, como el de setas y espárragos o el de patatas con chorizo, se sirven por tapas a 2,50 euros. Pregunten por sus tortillas, hay pisto, croquetas, ensaladilla, flamenquín, chistorras al vino blanco, albóndigas de pollo, hasta montaditos. Creo que esa lista de tapas merece la visita, pero aunque no tengan hambre, siéntense en los veladores de la plaza contemplando el azulejo del antiguo hospital de mujeres y disfruten de un mojito por 2,50 euros o, a mediodía, con la luz reflejada en la cal de las fachadas, disfruten de un Martini Blanco... pero dije que había otras historias.

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