Con cuatro años ya había ayer quien se presentaba al Concurso de Caballistas para pasar su primera reválida como jinete. De corto o de rondeños, clásicos hasta el extremo o con toques modernos en el color o el estilo desfilaron por la puerta de la caseta municipal. El jurado no debió de quedar muy contento porque dejó desiertos la mitad de los premios.
Vestida de amazona en color blanco y tan pequeñita que se olvidaba de la compostura y echaba el cuerpo sobre la silla para descansar, Lucía Campos Juan montaba en Luisqui, un animal adecuado a su tamaño con las crines adornadas con lazos de color rosa. Con sólo cuatro años, a la niña parecía costarle más hablar que dirigir los pasos del caballo hacia el lugar de la exhibición, a pesar de que recibe clases hace menos de un año. Y si el animal se pone tozudo, la abuela sale al rescate y con un tirón de riendas lo pone firme.
Empieza el concurso con uno de estos pequeñines, que trata de dirigirse hacia donde está el jurado pero se encuentra con que el caballo no lo obedece, y lo obliga a dar una vuelta rara hasta que enfila hacia la caseta municipal.
Experto en solventar esas crisis es Joaquín Salmerón, del club hípico Galapagar de Bormujos, que con su novia Estefanía Gómez a la grupa presenciaba, a modo de padre orgulloso, a cuatro de sus alumnos que se presentaban al concurso, todos entre los cinco y los ocho años. Uno de ellos se llevó el gato al agua, porque Ignacio Vázquez, de 6 años, resultó el mejor caballista a la vaquera menor de 16 años. Debe de venirles de familia, porque su hermana Marta, de 9 años, se llevó el premio como amazona.
"Se fijan en el paso del caballo y en cómo lo llevan, pero también en cómo va vestido el jinete y cómo va ataviado el caballo, que tiene que ir apropiado para la Feria", explica Salmerón, que en cuanto acabó la exhibición tuvo que marcharse porque, mientras que los concursantes iban con sus padres, él tenía que acompañar por el Real a otra decena de alumnos. Hay pocos campos de entrenamiento mejores que la Feria para ensayar cómo se domina con un par de tiras de cuero a un animal que pesa diez veces lo que tú, y que encima tiene tendencia a asustarse.
Algunos se presentaban al concurso por probar, como María José Bernet Ruiz, del Viso del Alcor, que montada en Flequi confesaba que llevaba 20 años sin pisar la Feria y que era la primera vez que se presentaba al concurso. "Venía de chica con mi padre", contaba la amazona, que terminó llevándose otro premio.
Entrega de premios. Con David Quinta, Emilio García y Francisco Román se completó el palmarés. Los premiados tendrían que haber sido el doble, pero el jurado, presidido por la concejal de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto Castro, dejó desiertos la mitad. Por la vestimenta no sería, porque a pesar de que el sol hacía de las suyas los jinetes lucían unas chaquetas, algunas de terciopelo, que daban calor con sólo mirarlas. Los premios para los que convencieron a los jueces se entregarán hoy a las 14.30 horas, también en la caseta municipal.