Economía

En clave industrial

La crisis ha evidenciado que los países con industria soportan mejor los vaivenes. CCOO llama a reflexionar para reactivar un sector que debe impulsar el cambio de modelo productivo.

el 20 jun 2014 / 22:22 h.

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Foto (15855025)a Sevilla, enclave industrial. Lo fue, pero ¿lo sigue siendo? o ¿puede aspirar a recuperar parte del esplendor perdido? Conscientes de la importancia y estabilidad, además del desarrollo, que genera un tejido industrial consolidado y de futuro, el sindicato CCOO Sevilla ha gestado unas jornadas que se celebrarán el próximo martes en las que se marcan como objetivo abordar el presente de la industria sevillana, muy mermada por la crisis, y se debatirán las alternativas concretas para su reactivación, que aportará la organización, a sumar a las aportaciones de los invitados. Sevilla (en)clave industrial se centrará en industrias como la naval, aerospacial, la automoción, las TIC, la minería, la defensa, el vidrio o la agroindustria, entre otras. Así, en un documento de 30 páginas, se parte de un punto de partida del tejido industrial «más reducido antes del periodo de bonanza económica, concentrándose en estos años buena parte del auge en torno al sector de la construcción y la expansión inmobiliaria». Los datos indican que en la provincia la actividad industrial ha sumado casi 28 meses consecutivos a la baja, acelerando su ritmo de contracción durante toda la crisis hasta una caída continuada del 23 por ciento, mientras que la cifra de negocio ha descendido hasta un 17 por ciento. La fotografía que dibuja el sector es «preocupante» remarca el sindicato fruto de «cierres de empresas señeras y noveles, pérdida continuada de empleo, recortes en la inversión productiva y ausencia de proyectos vertebradores que aglutinen al conjunto de actores públicos y privados», a lo que sumar «la dificultad para acceder al crédito». Solo se salvan aeronáutica y automoción de esa sangría, inciden. El diagnóstico que comparten es que hay que apostar por «diseñar sobre bases sólidas, equilibradas y sostenibles una estructura productiva menos vulnerable a los cambios de ciclo económico». Porque si algo ha puesto de relieve la crisis es la debilidad de nuestra estructura productiva, «con gran predominio de actividades de bajo valor añadido, alta estacionalidad en el empleo, baja productividad general, necesidades importantes de recualificación profesional, y déficits profundos en materia de innovación», remarca. Por ello, el primer paso de la estrategia es definir qué se entiende por «cultura de política industrial». Desde CCOO se defenderá la necesidad de «grandes alianzas entre fuerzas políticas, sociales, académicas y empresariales para que se den las condiciones necesarias para una transición hacia el nuevo modelo». Por ello, y para cumplir con el propósito que se marca de implicar a todos los agentes que tengan algo que decir, se ha convocado además de a los representantes sindicales de las ramas de la producción implicadas en estas jornadas, al delegado de Gobierno de la Junta de Andalucía en Sevilla, la subdelegada del Gobierno, el presidente de la Diputación, el alcalde de Sevilla, los delegados de Economía y Urbanismo del Consistorio, representantes de los grupos políticos, alcaldes de municipios de la provincia, diputados, senadores y parlamentarios electos por Sevilla, representantes de Aerópolis, el Puerto, Cartuja 93 o Metro de Sevilla, el presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla y representantes de Cepes, Asaja, COAG o UPA, entre otros. Para su secretario general, Alfonso Vidán, «las conclusiones serán muy interesantes porque esta provincia necesita un tejido industrial potente, que se antoja clave, sobre todo, en épocas de crisis. La regeneración industrial que necesita Sevilla debe traer aparejada un nuevo modelo productivo más estable y acorde con el siglo XXI». Máxime si se tiene en cuenta los procesos de deslocalización que atesora y que se han acentuado en el ámbito industrial con la actual coyuntura. Un cambio de modelo que no se debe abordar desde un único campo ni perspectiva. No es solo incentivar que las empresas adquieran mayor dimensión e internacionalización, sino transformar la forma de producir. Hay que hablar «de ahorro de materiales, de eficiencia energética, de organización del trabajo, del papel de los trabajadores con la empresa en la planificación de la actividad ». En definitiva, sentar las bases de futuro.

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