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Teatro de la Maestranza. 28 de septiembre de 2012. La Celestina. Elenco: Shoji Kojima, Christian Lozano, Tamara López, Hugo López, Pablo Fraile. Cante: El Londro, Jesús Méndez, Mónica Navarro. Guitarra: Chicuelo, Flavio Rodrigues. Entrada: Aforo completo.
Por mucho que sea ya una costumbre, a los españoles nos sigue asombrando la capacidad de los japoneses para hacer flamenco. Pero mucho más nos asombran los jardines en los que son capaces de meterse ellos solos, sin saber muy bien cómo van a salir. En esta propuesta del ballet de Shoji Kojima se trataba nada menos que de hacer una versión de La Celestina de Fernando de Rojas en versión jonda, pero introduciendo elementos picassianos, textos de Pablo Neruda y guiños a la música de Pau Casals junto a alguna composición de Bach. Demasiado incluso para el indesmayable imperio del sol naciente.
A pesar de la grandilocuencia del montaje, con una veintena larga de personajes, y de la concienzuda coreografía de Javier Latorre junto a la siempre interesante música de Chicuelo, lo que acaba quedando de manifiesto es que una obra literaria de esta magnitud no es tan susceptible de ser traducida al lenguaje del baile sin diluirse en una vana plasticidad. El problema del ritmo -a la hora y media de espectáculo todavía no se habían encontrado Calisto y Melibea- lastró también una obra que no acabamos de ver por apremios de rotativa, pero que ya sabemos que acaba mal: con el seppuku de la chica.
