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¿En forma o en reforma?

José Antonio Marina dice que a los niños debe educarlos "la tribu". Los padres no bastan para tomar decisiones inéditas, porque si el mundo siempre cambió con la llegada de nuevas generaciones, en el siglo que vivimos las novedades son vertiginosas.

el 15 sep 2009 / 19:30 h.

José Antonio Marina dice que a los niños debe educarlos "la tribu". Los padres no bastan para tomar decisiones inéditas, porque si el mundo siempre cambió con la llegada de nuevas generaciones, en el siglo que vivimos las novedades son vertiginosas. Por eso, el filosofo y educador, como otros, propone alianzas en la reflexión. Porque parece no haber tiempo para lo importante, resolvemos de cualquier manera y el resultado es incierto e intranquilizador. Hay que cambiar y, ante las dudas e impotencias, bueno sería contar con una buena tribu. Con familias distintas, trabajos diferentes, ocio "sideral", ¿con qué debemos quedarnos y que hay que desechar para avanzar?

A los 30 años de la mejor Constitución que ha tenido España, la que ha permitido un mayor tiempo de convivencia, apreciamos unas dudas similares dentro de la "familia política". Hacen falta cambios, pero con tan poco margen para el diálogo y el acuerdo no debería modificarse aquel consensuado y eficaz texto.

Y es que, como en nuestras casas, cada día del año le somos infieles a los valores sustanciales. No hacemos pedagogía sobre el respeto a los demás o a las normas democráticas. Acostumbrados al colchón de los logros aparentemente consumados nos descuidamos y así ni el niño nos sale educado, ni hacemos Estado.

Hay actitudes regresivas en España y en el mundo y los guantánamos, fijos o móviles, lo demuestran. Colaron porque la tribu permitió que un problema grave se afrontara violando principios irrenunciables. Fue un error y ahora estamos más inseguros que nunca. La Constitución está en forma en su ideario principal, en el reconocimiento de libertades, derechos y obligaciones -como lo está la agredida Declaración Universal de los Derechos Humanos que cumple 60 años-.

Ese valor es el que hace posible que la Carta Magna pueda estar, además de en forma, en reforma. Los instrumentos que se pensaron para aplicarla son mejorables pero, como nada es perfecto, las nuevas herramientas tampoco lo serán. Y, por lo tanto, sólo el respeto colectivo a las reglas del juego permitirá consensuar para cambiar.

Periodista. pinion@correoandalucia.es

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