Concepción Perea.
En el abanico de posibilidades que las redes sociales están abriendo a los escritores, el de Concepción Perea (Sevilla, 1978) es un caso más que singular. Empezó a publicar una historia por entregas en su blog, ganando cada vez más lectores, hasta que un avispado agente contactó con ella y le propuso publicar. Poco tiempo después veía la luz La corte de los espejos, un debut impresionante tanto por las dimensiones de la obra 672 páginas como por el sello que la lanza, Random House, y por la extraordinaria acogida del público.
Ha sido todo muy sorprendente, tanto que me esfuerzo por mantener los pies en la tierra, porque aspiro a seguir en la misma línea, explica la autora. Yo simpre había escrito mucho, pero nunca novelas. Y nunca había tenido hasta ahora la intención de publicar. Compartía mis cuentos en mi blog, con clubes de lectura o con mi grupo de rol. Por eso todo ha sido un poco shok.
A estas alturas, el lector se preguntará qué tiene la novela de Perea para llamar tanto la atención. Y antes de entrar en su argumento, podemos adelantar que se trata de una historia de hadas, pero en ella las hadas son cualquier cosa, menos buenas. Cuando pensamos en hadas, nos viene a la mente Campanilla, o las edulcoradas hadas de Walt Disney, pero olvidamos con facilidad que en Peter Pan Campanilla intenta asesinar a Wendy varias veces... No siempre han sido seres benévolos para la Humanidad, todo lo contrario. en la Historia encontramos más métodos para repeler a las hadas que para atraerlas, asegura la escritora.
Debido a ello, prosigue Perea, en el libro hay bastante violencia, situaciones duras, porque quería huir de Disney y volver al origen, cuenta sin temor a que sus lectores más jóvenes se espanten con el relato. Los niños son muy maduros, y además no me gusta la violencia gratuita, lo que pasa es que mis personajes viven unas vidas muy extremas, y a veces se arreglan de la manera menos adecuada, explica.
En la ficción, la Corte de los Espejos es la capital y el corazón de TerraLinde, un reino donde las hadas no creen que los humanos existan, una vieja ciudad que fue decisiva durante la Guerra de la Reina Durmiente. Han pasado años desde ese cruento conflicto que dejó tras de sí una paz delicada, una larga lista de rencores y un trono inestable. Allí viven Nicasia, una knocker del gremio de ingenieros, y Dujal, un phoka demasiado aficionado al riesgo, ambos enzarzados desde mucho tiempo atrás en un pulso de poder en el que Marsias, un apacible sátiro dueño de un burdel, trata de mediar como puede.
Me podría echar la bronca el padre de algún lector, pero hasta ahora eso no ha ocurrido, sonríe Perea, quien empezó a escribir esta historia para gente de mi edad, aunque ahora lo lee gente muy diversa, de 15 años como de 40, afirma.
Un público ya fidelizado que, a no dudarlo, empezará a pedirle pronto más material de lectura. Estoy ya con la segunda parte de esta historia, que será la última, porque no la veo como una saga larga: no puedo estirar la historia como un chicle, reconoce. Pero tengo un montón de ideas para nuevos proyectos. Y puede adelantar que mi siguiente obra estará muy lejos de Tierra Linde, concluye la sevillana.
