Tras descartarlo para el stage de La Manga tras su actuación chirigotera en el Colombino, el Real Betis parece haber encontrado acomodo para Ricardo Martins, y es que la Unión Deportiva Las Palmas anunció ayer que el portugués llegará a la isla como cedido.
La marcha del internacional portugués se da por hecho en Canarias, pero la entidad heliopolitana no ha dicho absolutamente nada al respecto. El que tampoco parece saber nada, o al menos eso dice, es el propio jugador. Aún así, la archiconocida cláusula por la que el Betis puede ceder a donde quiera a sus jugadores sin contar con su opinión puede ser la clave, y si no que le recuerden a Joaquín Sánchez su viaje relámpago a Albacete antes de firmar con el Valencia.
De hecho, todos los medios de Las Palmas de Gran Canaria se han hecho eco de una operación que ilusiona a sus aficionados. Y es que la radio oficial del club insular RadioUD, de credibilidad demostrada según los compañeros que cubren las evoluciones del club amarillo, abrió su informativo de las 14.30 horas dando por hecha la llegada del portero portugués al archipiélago.
La incógnita principal que pesa sobre la operación tiene que ver con la alta ficha que percibe el futbolista. Ricardo firmó en 2007 con el Betis un contrato por el que percibiría aproximadamente un millón de euros por temporada, una cifra que si resulta difícil de asumir para la entidad hispalense, se antoja prohibitiva para la Unión Deportiva Las Palmas. Así pues, desde la ciudad canaria se apunta que el Betis se haría cargo de buena parte de la ficha. Se habla incluso de que el club amarillo no llegaría a abonar siquiera la mitad de los emolumentos que recibe el luso, y es que el salario más alto de la plantilla amarilla ronda los 180.000 euros, menos de un tercio de lo que cobra Ricardo.
A partir de aquí es donde surgen las dudas en Sevilla, y es que el estilo de Manuel Ruiz de Lopera no es precisamente el de pagar a un futbolista que juega para un rival. Al portero de 33 años le quedan dos temporadas aún de contrato con la entidad verdiblanca, por lo que una cesión de un año sólo supondría aplazar el problema hasta el próximo verano. Además, Ricardo había dejado claro al club que no quería jugar en Segunda división, lo que hace aún más extraña la operación confirmada en las Canarias.
Pese a la incógnita de las particularidades económicas de la cesión, lo que si parece claro es que el Real Betis habría incluido una cláusula por la que el meta portugués no podría disputar los dos partidos que enfrentarán a canarios y heliopolitanos. La primera confrontación tendrá lugar el 29 de noviembre, en la decimocuarta jornada, en el Ruiz de Lopera, mientras que el partido de vuelta, ya en la recta final del campeonato, se jugará en el estadio de Gran Canaria el 2 de mayo del próximo año, seis jornadas antes de que la temporada en Segunda expire.
RICARDO ESTÁ APARTADO.
Mientras tanto, ni el club ni el jugador han dado ninguna pista sobre la veracidad o no de las informaciones que llegan desde las islas. El portero, según afirmó ayer Radio Sevilla, no sabe nada de la opción, aunque su opinión, como es habitual en el Betis en el tema de las cesiones, no cuenta para nada. El club, por su parte, guarda silencio, aunque lleva buscando la salida del portugués desde hace días al no poder soportar su ficha.
De hecho, hace ya más de una semana que Ricardo fue apartado de la plantilla de Antonio Tapia, y desde entonces anda entrenándose con el filial verdiblanco que dirige Oli.