El cardenal Amigo Vallejo se encuentra en Roma desde el 27 de febrero y en pocos días formará parte -por segunda vez- del cónclave que nombrará al nuevo Papa. Desde la capital italiana explica sus impresiones sobre la renuncia de Benedicto XVI y sobre los retos del nuevo Pontífice.
-¿Qué hay detrás de la renuncia de Benedicto XVI?
-No creo que haya tenido un disgusto especial porque ante las adversidades no hay que rendirse, sino que ha sentido como que estos últimos meses ha tenido un deterioro progresivo de sus movilidad y sus fuerzas y de cara al futuro no puede asumir toda la responsabilidad de un Papa.
-¿Imaginó en algún momento que podía llegar esta renuncia?
-Cuando salió elegido ya dije en alguna entrevista que nos iba a sorprender, pero de ninguna manera pensaba esto. Sí es cierto que durante los últimos meses se veía que le costaba más trabajo caminar pero estas cosas se veían naturales por su edad.
-Tras el cónclave de 2005 dijo usted que los Papas de transición no existen. ¿Qué legado deja Benedicto XVI?
-Un magisterio lúcido y muy a propósito para la situación actual. También han sido muy importantes algunos gestos que pueden parecen insignificantes pero que han sido de una gran repercusión.
-¿Por ejemplo?
-Su viaje al Reino Unido y la entrevista con Isabel II. El discurso que pronunció a los líderes de la iglesia anglicana en el Westminster Hall hizo que se olvidaran distanciamientos de siglos. Fue también muy importante el encuentro en Turquía y en Líbano con los musulmanes. Las declaraciones que hicieron los líderes musulmanes sobre el Papa fueron magníficas.
"Benedicto XVI nos deja un magisterio lúcido y muy a propósito para la situación actual"
-Usted ya se ha despedido personalmente del Papa, ¿se puede conocer algún detalle de lo que hablaron cara a cara?
-Tuvo la deferencia de reunirnos a los cardenales y saludarnos uno por uno. Le di las gracias por todo su trabajo. Nos conocemos desde hace muchos años y le dije que pediría por él. Fue un momento de mucha emoción y, aunque no le salieran las lágrimas, por dentro estaban a borbotones.
-Imagino que entre los cardenales no aparecerán las famosas quinielas sobre quién podría ser el futuro Papa...
-(Risas) No, no se hacen pero sí hablamos de la situación de la Iglesia o sobre qué personas podríamos encontrar más adecuadas. El Espíritu Santo también nos habla a través de la relaciones humanas. Tenemos que elegir un Papa y no podemos hacerlo a ciegas.
"En Sevilla son muy cariñosos conmigo y les pierde el afecto. Lo agradezco muchísimo. Me emocionan muchísimo las cosas de Sevilla"
-¿Ya tiene decidido el nombre que escribirá en la votación?
-No (contundente). Sí he llevado a la oración que el Señor me inspire. Hoy día los cardenales nos conocemos mucho pero todo tiene que hacerse con mucha serenidad.
-Usted se ha autodescartado aunque en Sevilla hay una corriente a su favor. ¿Le agrada?
-En Sevilla son muy cariñosos conmigo y les pierde el afecto. Lo agradezco muchísimo. Me emocionan muchísimo las cosas de Sevilla.
-¿Qué grandes retos debe afrontar el nuevo Papa?
-Fundamentalmente la animación en la fe. Parece como si hubiéramos bajado la guardia, aunque la expresión no sea muy acertada. El reto más importante es ayudarnos a vivir consciente y responsablemente nuestra fe.
-Muchos sectores de la sociedad reclaman que la Iglesia se abra más a los ciudadanos, ¿sería otro gran reto?
-En pocas etapas ha estado la Iglesia más cerca de la gente que ahora. Pensad en la presencia de la Iglesia en obras sociales. Es la primera institución y con muchísima diferencia. Pensad la presencia de la Iglesia en barrios deprimidos, en la enseñanza, etc. También desde el punto de vista laboral porque promueve una barbaridad de empleos. En pocas etapas de la historia ha estado tan cerca como ahora de los ciudadanos en general, no sólo de los católicos. Piense por ejemplo en la labor social de la hermandades, que son una parte de la Iglesia. Podría citar a la hermandad de Torreblanca, a la que quiero tantísimo. La labor que realiza es admirable y es Iglesia.
-Ahora que ha mencionado Torreblanca, ¿está al tanto de la polémica que hubo con el Viacrucis de la Fe?
-Sí claro. Ellos tenían muchísima ilusión en ir a la Catedral e incluso me escribieron para que los acompañara. Pero bueno, comprendo que el señor arzobispo ha actuado como tenía que actuar, muy bien y que las cosas siguieran su curso y teniendo en cuenta a todas las hermandades.
"Quiero mandar un abrazo muy fuerte a Sevilla y dar las gracias por tantísimas muestras de afecto que estoy recibiendo"
-Volvamos al cónclave. ¿Uno corto significaría un fuerte respaldo al Santo Padre y uno largo, todo lo contrario?
-Los últimos han sido cortitos. En la Edad Media si había muchas tensiones porque los emperadores querían imponer a una determina persona. Actualmente no hay ninguna presión del exterior, ni interna tampoco.
-¿Le veremos pronto de nuevo por Sevilla?
-Por ahora no tengo previsto acudir pero quiero aprovechar y mandar un abrazo muy fuerte a Sevilla y dar las gracias por tantísimas muestras de afecto que estoy recibiendo.
