Con varios meses de retraso sobre la fecha prevista, la primera salida de la autopista A-49 en dirección a Huelva, la que enlaza con la barriada de Coca de la Piñera (Camas) y con Tomares, ya está abierta al tráfico. La ubicación al pie del trazado de un transformador de electricidad de Sevillana Endesa, que daba suministro a la barriada, impidió su apertura al mismo tiempo que el enlace desde Huelva.
Durante este tiempo la entrada, a la altura del punto kilométrico 1,500, había permanecido cortada y los vecinos que se dirigían hasta este lugar o entraban por el puente siguiente, el que da acceso a los centros comerciales de Ikea y Airesur, o, a través de éste, tomaban de nuevo la salida en dirección Sevilla para incorporarse por la parte de Tomares.
Este importante enlace del área metropolitana forma parte de la obra conjunta de sustitución de los dos citados puentes sobre la A-49 puesta en marcha por el Ministerio de Fomento con objeto de crear unas infraestructuras renovadas y adaptadas al incremento de la demanda, tanto de vehículos hacia estos municipios y hacia los citados centros comerciales, como para la gran cantidad de camiones de gran tamaño que circulan entre Sevilla y Huelva y que hacían necesario subir su altura.
El presupuesto de la construcción de los dos puentes fue de 3,55 millones de euros en unos trabajos que pretendían -y a excepción del acceso a Coca de la Piñera se consiguió- evitar en la medida de lo posible que afectaran al tráfico. De este modo, a mediados del pasado mes de enero fueron demolidos los dos puentes antiguos lo que obligó a cortar la también conocida como autopista del Quinto Centenario durante varias noches.
Este puente se construyó desplazado unos metros hacia Huelva respecto al anterior, con el fin de que se pudiera realizar la obra sin necesidad de cortar el tráfico en este punto. Sin embargo, todo lo que se adelantó con esa medida se retrasó porque había que demoler el impedimento que suponía el transformador y que no se había solucionado en el diseño del proyecto.
Los trabajos consistieron en el desbroce del terreno, excavación de estribos, construcción de cimentaciones en márgenes y mediana, ejecución de las pilas y colocación de vigas del puente y, por último, hormigonado de los tableros. Quedaba sólo la retirada del transformador, un cometido en el que tenían que ponerse de acuerdo varias partes. Finalmente, fueron 11 meses los que tuvieron que esperar los vecinos de Coca de la Piñera.
