La solicitud de la inmobiliaria Tremon de someterse a concurso de acreedores -suspensión de pagos- pone en alerta a los trabajadores del hotel Alcora. Éstos recibieron ayer un mensaje tranquilizador desde Madrid: la división de hoteles es una empresa independiente. Pese a todo, se debaten entre el temor al cierre y la esperanza.
La entrada del hotel Alcora denota que efectivamente hay crisis. No se ven llegar viajeros, y los desconchones y humedades muestran cierto abandono, que desaparece una vez se traspasa la puerta rotatoria, donde las instalaciones mantienen el esplendor de 1992, cuando coincidiendo con la Exposición Universal abrió sus puertas.
La plantilla, que hoy cuenta con casi un centenar de trabajadores, recibió ayer la información que la directora de Recursos Humanos de TRH hoteles trasladó al comité de empresa. "En principio la suspensión de pagos no afecta para nada a la división hotelera, porque es independiente, y, en breve tendremos una reunión en Madrid", afirmó ayer Guillermo Márquez, presidente del comité de empresa del Alcora. También les han desmentido que tras la empresa principal vayan a ir cayendo el resto de las filiales.
"Para qué nos vamos a poner en lo peor, ahora estamos tranquilos", comentó Inmaculada, una de las trabajadoras de la recepción del hotel que no paraba de coger el teléfono. Sin embargo, aunque confían en que las noticias que les trasmiten sea verdad, lo cierto es que ayer todos hablaban del tema, desde los operarios de mantenimiento hasta miembros de la dirección con traje y corbata. "Si el hotel es de Tremon...". "Con lo mal que estamos nos toca la lotería", dijo sonriente uno de los empleados.
Dada la ausencia del director, Pedro Hernández, José Luis López, miembro de la dirección del hotel, es quien se erige en portavoz: "La suspensión afecta a la constructora y a la inmobiliaria; los hoteles son una empresa aparte, con CIF distinto, y en principio estamos tranquilos, aunque tocamos madera".
Familias. La plantilla del Alcora lleva de una media de 10 años en la empresa y "la mayoría están muy preocupados", reconoce José Ángel Vicent, que entró a trabajar en el hotel en 1998 y hoy está en el comité de empresa. Y es que a la situación de la empresa se une la crisis general. "Noviembre era una época muy buena de congresos, pero la actividad ahora es escasilla", reconoce.
Tampoco hay mucha gente en algunas de las oficinas, pero sí se ven en los tablones de corcho fotografías de niños, familiares. Ana, que lleva tres años trabajando en la parte comercial cuenta: "Yo estoy esperanzada, pero no tengo hijos, pero sí muchos compañeros, y...".
Los salones de convenciones están cerrados y apagadas las luces. Ya hace meses que estaba en la calle la intención de Tremon de vender sus hoteles y ahora sería el momento, "porque si entra en suspensión de pagos no podrá hacerse", destacan.
