Salvador Angulo ya tiene escrita su carta a los Reyes Magos y, en ella, no aparecen ni muñecas ni videojuegos. Y no es precisamente por la crisis, sino porque este año Melchor, Gaspar y Baltasar se encargarán de amueblar toda la cocina de la que será su primera vivienda en propiedad, que es una de las 100 VPO que levantó la cooperativa Huerta de los Padres en Osuna. Llevará a su mujer y sus dos hijas a su nuevo hogar después de que ayer firmara el papeleo y le entregaran las llaves en un acto que se celebró en la Escuela Universitaria de Osuna y que acogió a cerca de 300 personas, entre titulares de las viviendas y sus familiares.
La entrega se produjo después de seis años de esfuerzo e incluso algún susto por un problema de financiación con la primera entidad bancaria que avaló el proyecto, cuando la obra estaba ejecutada al 60%.
El presidente de la cooperativa, Javier Cuevas, recordó ese momento justo antes de la entrega de llaves, rememorando que "alegaron que había fallos en el expediente, porque creían impensable que con el dinero que teníamos se podía construir una vivienda". Cuando todo parecía abocado al fracaso, cambiaron de entidad bancaria y se fueron a La Caixa. Y allí alcanzaron la tranquilidad -y el préstamo- suficiente para concluir las obras de sus hogares. La situación casi lleva a arrojar la toalla a más de uno.
Raúl Díaz, por ejemplo, ya lo veía todo negro. Como estaba a punto de cumplir los 30 años, quería ya un hogar para irse con su novia, Sara Gamero, y "montar una familia". Tal es la ilusión que tiene por la vivienda que es capaz de coger la furgoneta y plantarse en la nueva cada en nochevieja y celebrarlo aunque no tenga la luz.
También había quien se armó de paciencia, como Manuel Sánchez y Antonio Caro. Pero también es cierto que la vivienda no era para ellos, sino para su hijo más pequeño, Francisco José, de tan sólo 16 años y que no acudió a la entrega de llaves porque estaba estudiando. "Tenía una confianza en que llegaría este día", explica la madre del joven, al que sólo le queda, como bien recalcó el padre, "buscarse una mujer".
La cooperativa se fundó a finales de 2003 y, aparte del traspiés con la entidad bancaria, contó siempre con aliados. En primer lugar con el constructor José Villar, que "puso parte de su patrimonio en juego". Pero también tuvo a su lado al Ayuntamiento de Osuna y a la Delegación Provincial de Vivienda, que "ayudaron a agilizar los trámites de las VPO", que tienen una superficie de 90 metros cuadrados y un precio de 103.000 euros. Tanto es así que hubo representantes de ambos organismos.
La delegada provincial de Vivienda, Rosario Ayala, calificó a la cooperativa de "ejemplo para la provincia", mientras que la alcaldesa, Rosario Andújar (PSOE), dijo en voz alta lo que todos pensaban: "Queríamos que se entregaran antes de finales de año para fuera el mejor regalo de Reyes Magos".
