R.Velis / I.Comesaña
(Vídeo: PY/El Correo)
El juez decretó ayer el ingreso en prisión sin fianza para Miguel y Samuel por un delito de asesinato y subsidiariamente uno de detención ilegal. Los dos jóvenes estuvieron declarando durante cuatro horas ante el juez. Mientras, la Policía arrestaba a un cuarto detenido: el hermano de Miguel.
Eran las once de la mañana cuando los dos jóvenes llegaban a los juzgados del Prado tras casi 72 horas en los calabozos de la Jefatura de Blas Infante. Entre los gritos de cientos de personas, Miguel y Samuel eran trasladados ante el juez de Instrucción número 4, Francisco Molina, quien tras oírlos durante cuatro horas, decretó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza por un delito de asesinato, alternativamente homicidio o detención ilegal, en último término. Paralelamente, la Policía Nacional detenía al hermano de Miguel, de unos 40 años, por su presunta implicación. Además, el menor detenido el domingo ha ingresado en un centro por encubrir el crimen.
El primero que declaró fue Samuel, quien estuvo algo más de hora y media negando su participación en la muerte y que ayudara a Miguel a trasladar el cadáver de Marta hasta la pasarela de Camas para tirarla al río, como ha confesado su amigo. Miguel estuvo algo más de dos horas, hasta que pasadas las cinco de la tarde abandonaron las dependencias judiciales para ingresar en prisión preventiva mientras prosigue la investigación del caso.
En la comparecencia, la Fiscalía solicitó al juez instructor que ambos ingresaran en prisión tras imputarles un delito de asesinato, poniéndose "en el peor de los casos": que Marta fuera arrojada al río cuando aún estaba viva tras haber sido golpeada. Sin embargo, para demostrarlo y poder calificar los hechos como asesinato es necesario encontrar el cuerpo para saber cómo la mataron. De ser así, el caso daría un giro radical, ya que entonces los cómplices pasarían a ser autores y, por tanto, las posibles penas se elevarían considerablemente, pues la cooperación en un crimen está castigada con penas de entre seis y diez años, mientras que el asesinato va de los 15 a los 25 años.
No obstante, si el cadáver no aparece, no sería impedimento para que los supuestos autores fueran condenados, tal y como recordó ayer el jefe superior de Policía, Enrique Álvarez Riestra, quien aseguró que "hay varios tipos delictivos" que no necesitan de la aparición del cuerpo. "¿Dónde está el Nani?", se preguntó, poniendo de ejemplo este caso en el que tres policías fueron condenados a 29 años de prisión por "su desaparición forzada".
Sin embargo, si no se encuentra el cuerpo, la calificación del delito no podría pasar de homicidio, según la fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra, lo que rebajaría las penas, que oscilarían entre los diez y los quince años. Además, sólo sería posible condenar a los supuestos autores si Miguel no se detractase de su declaración, salvo que existan pruebas contundentes. En el caso de Samuel, sería condenado como cómplice y los otros dos detenidos a penas de entre seis meses y tres años de prisión.
Cuarto detenido. Asimismo, mientras Samuel y Miguel abandonaban la Jefatura, la Policía trasladaba a dichas dependencias al hermano de éste último, Javier Delgado, por su supuesta implicación en el crimen. Los investigadores tienen indicios de que este cuarto detenido pudo estar en el piso de León XIII, donde falleció la joven el pasado 24 de enero, en el momento del crimen, y que colaboró en el traslado del cuerpo de Marta. Al cierre de esta edición permanecía en los calabozos y es posible que hoy sea puesto a disposición del juez, aunque la Policía podría apurar el plazo para recabar más pruebas.
Las diligencias policiales siguen abiertas y no se descartan que se produzcan nuevas detenciones.