Cultura

Épico Rilling

Crónica del concierto que la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla y Helmuth Rilling han ofrecido en el Teatro de la Maestranza esta semana.

el 07 may 2010 / 21:48 h.

Con el público puesto en pie culminó anoche el concierto de abono de la ROSS. Atrás quedaron dos intensas horas en las que un histórico de la dirección orquestal, Helmuth Rilling, se hizo cargo del magno oratorio Elías, de Mendelssohn.

Su versión fue un prodigio de claridad de texturas, de dosificación de matices y energías, concentrando el dramatismo en los amplios coros y dando un cariz casi liederístico a las arias.

Hacía tiempo que la ROSS no proponía un oratorio y con los tiempos de recortes económicos que se avecinan probablemente quede bastante hasta que se pueda programar otro.

Por eso la de esta semana ha sido otra cita histórica. No sólo por contar con el casi octogenario Rilling, si no también por tener junto a la orquesta al Coro Gächinger Kantorei, una legendaria formación dueña de un gran empaste y con una asombrosa facilidad para pasar del piano al forte sin afectar ni maniquear el canto.

Rilling, quien hoy se mueve mejor en el clasicismo que en el barroco, optó por una orquesta mediana, que dejó via libre al canto y con la que pudo trabajar con facilidad las dinámicas y las distintas y constantes gradaciones que exige una partitura musculosa, solemne y, a priori, no especialmente sencilla para el público.

Entre los solistas vocales destacó la voz límpida y poderosa de Claudia Mahnke y el timbre de Letizia Scherrer. De menor interés, aunque cumplidoras, las voces masculinas, acaso algo graves y con cierta inclinación operística. Matices aparte, un concierto memorable.

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