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Érase una bolsa muy contaminante

No sé qué tienen contra las bolsas: las de los ojos, la del dinero, las del híper... Hartura de consignas. Ayer, de paseo por la Ronda, entré en un chino y pregunté al ídem si podría prescindir de ellas por amor a la Tierra.

el 14 sep 2009 / 21:33 h.

No sé qué tienen contra las bolsas: las de los ojos, la del dinero, las del híper... Hartura de consignas. Ayer, de paseo por la Ronda, entré en un chino y pregunté al ídem si podría prescindir de ellas por amor a la Tierra. Así, a mala idea. Pero un tercer chino hizo de obstáculo: el idioma, con lo que el señor me lanzó una risilla de plástico de las de no comprender nada y me señaló el segundo pasillo: taburetes de plástico, flores de plástico, acero de plástico, madera de plástico, plástico plastificado...

La vida es de plástico. Miren en sus cubos de basura y verán que las bolsas son lo de menos: envases, cestillas... Pero si hay que hacer un gesto por el planeta, se hace. Va a ser por gestos. Tortícolis vamos a coger, de tantos gestos. Como la cogeremos de cargar las mercancías en brazos o de tirar del carrito casero que pagaremos los particulares. Porque al final todo esto acaba en que alguien saca tajada. Es la ley de la Bolsa, que siempre sale ilesa de todo. Con lo que contamina.

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