"¡Los dibujitos de hoy ya no son lo que eran!". Que se lo digan a los creadores de Cuentamundos, una propuesta que nace precisamente con ese componente nostálgico y con una clara vocación: rescatar las imágenes infantiles de siempre construidas a partir de las técnicas más artesanas, tradicionales y, por ello, "valiosas".
Y es que, el dicho de que cualquier tiempo pasado fue mejor ha hecho mella en las tres cabezas pensantes de la joven empresa Animaula, que no han dudado en ponerse manos a la obra para hacer de sus animaciones toda una "alternativa a la televisión infantil de ahora", a la vez que un oportuno regalo que encargar a sus majestades los Reyes, ya a la vuelta de la esquina.
Llevan poco tiempo en el mercado pero las ideas las tienen muy claras: los dibujos son "preciosos" y vienen al pelo a los padres de hoy, tan preocupados por los contenidos que sus peques ven en una televisión que hace las veces de canguro. El resultado: cuatro DVD de una hora de duración y cuatro países diferentes -Rusia, Canadá, China y Hungría- que, lejos de los contenidos audiovisuales orientados al "puro divertimento", recuperan el "cuidado por los valores personales y sociales", dentro de un cometido también educativo, explica Luis Valero, quien se ha encargado de la documentación y coordinación del proyecto, ya que tiene "algunos tiros dados" en animación infantil europea.
La televisión actual no se entiende sin ese "ritmo acelerado" que tiende a la "carcajada fácil", pero "olvidamos que se convierte en un escaparate de brusquedad, conflictividad e incluso violencia, y también en esta ocasión están delante los más pequeños de la casa", señala. Para este empresario, un error muy común es pensar únicamente en "hacer dibujos y no en educar". "Los niños son esponjas y todo lo que ven les influye", añade.
Por todas estas razones, la alternativa de Animaula "no es más que una llamada a disminuir el ritmo audiovisual", utilizando para ello técnicas más clásicas y con el factor educativo como telón de fondo, ya que cuentan con el asesoramiento de psicólogos y pedagogos. Entre las series animadas que sí han cumplido los requisitos para ser incluidas en alguna de las películas está el cuento chino La flauta de bambú, toda una metáfora sobre el uso de la violencia en la educación. Y es que, su protagonista consigue mucho más tocando este instrumento a un buey que desviviéndose por tirar con fuerza del animal. Otra lección de educación, esta vez medioambiental, se contempla en el relato El abuelo y el orden natural, en el que un anciano quiere evitar que un búho destroce sus cultivos y tiene que velar por toda la cadena vital, incluida su vaca.
Las técnicas. La selección realizada por Animaula se basa en la belleza, la originalidad y el atractivo plástico, y los materiales empleados van desde acuarelas hasta recortables, muñecos, plastilina, y todo un elenco de destrezas manuales.
¿Por qué cuentos de China, Hungría, Canadá y Rusia? En estos países es donde se ha producido una animación "diferente a lo que estamos acostumbrados, que en realidad es muy antigua pero en España no se ha visto", apunta Lourdes Valera, a quien el instinto maternal le ha hecho verle las orejas al lobo y se ha encargado del diseño de las carátulas y la web, así como de las relaciones comerciales.
Por último, Christopher Bagust se ha ocupado del menú del DVD y el tratamiento audiovisual.Y es que, para llegar a las estanterías de comercios como Libritos en Málaga y Rayuela en Sevilla -zonas de Andalucía donde se vende actualmente-, los DVD han necesitado el trabajo de un "largo" año y medio "concentrados completamente" en Cuentamundos, tiempo en el que los tres impulsores de Animaula han tenido que contactar con las productoras originales, traducir y doblar al español las versiones originales (hay una versión española y otra con subtítulos en español); reunir toda la documentación y materiales; y, muy importante, contar con los 60.000 euros de financiación de Invercaria, crédito que han invertido al completo en producción. Esto es, la compra de los derechos, las copias de discos y el doblaje de los actores, para lo que han contado en dos cuentos rusos con la voz de Carlos Álvarez, una referencia de la profesión en Andalucía.
Inéditos. Aunque en Francia hay cuatro empresas que comercializan estos productos, Animaula es pionera y única en España, donde de momento ya ha puesto 24 (6 de cada título) ejemplares en la tienda malagueña Libritos y el doble en Sevilla, donde han realizado incluso un segundo pedido de estos cortos destinados a niños de 3 a 7 años, que pueden comprarse por separado a 22 euros cada uno. La firma esperará a que pase la Navidad para hacer un primer balance.
Sí adelantan ya que prevén abrir más tiendas por toda Andalucía, que el público objetivo va a ser minoritario -no estarán en grandes superficies como Carrefour, donde "es más difícil que te escojan", dicen-, y que los próximos cuentos serán de Irán y Dinamarca, aunque para ello habrá que esperar un año.
De momento, los cuatro DVD que están en el mercado han sido bien recibidos por la Administración Pública, dado que la consejería de Cultura ha realizado también su pedido para dotar a 165 bibliotecas andaluzas de estos productos audiovisuales. Aunque ahora se centran en la animación infantil, el objetivo es llegar también a la adolescencia y juventud, para lo que ya tantean otros proyectos con diversos organismos.
