El PP insistió ayer en la teoría del Gobierno quemado: su presidente, Mariano Rajoy, destacó ayer que los cambios en el Ejecutivo responden al "reconocimiento del fracaso" del equipo del que se rodeó Zapatero tras las elecciones generales del año pasado.
Así, Rajoy aseguró ayer en Las Palmas de Gran Canaria: "No se ha apostado por los mejores". Añadió que la remodelación pretende "resolver los problemas internos" del PSOE y "tapar la desgraciada situación por la que se encuentra en este momento" el Gobierno central.
"No hay precedentes de un Gobierno que cambie y que sufra una remodelación tan importante cuando no lleva ni un año al frente de sus responsabilidades. Éste es el reconocimiento explícito de un fracaso del presidente del Gobierno, del equipo nombrado por el presidente del Gobierno y de las políticas que ha llevado a cabo el presidente del Gobierno", declaró tras reunirse con representantes de la Cámara de Comercio de la capital canaria.
A su entender, es necesario que se produzca "un cambio a fondo" en las políticas, sobre todo en la económica, más allá que enjuiciar el perfil de los recién llegados al equipo de Zapatero.
Sobre la forma en la que se ha producido esta reforma, el presidente del PP afirmó que lo que se ha visto durante los últimos días es "muy revelador" de la forma de gobernar de Zapatero.
"Toda esta remodelación se ha producido en un ámbito que ha sido un monumento a la confusión, al desbarajuste y a la pérdida de control de cómo se deben llevar asuntos de estas características", dijo. En este sentido, explicó que cuando se habla de la crisis económica, de la retirada de Kosovo o de decisiones judiciales por las que personas que han cometido delitos están en libertad, se habla de una "falta de control" en las acciones del Gobierno.
. "Y las formas" -añadió- "de esta crisis revelan que no hay ningún control y que el Gobierno no actúa como actúa cualquier Gobierno (...) con sentido común, (...) controlando los tiempos y transmitiendo sensatez y tranquilidad".
El presidente del PP pidió asimismo al Gobierno, una "rectificación total" de la política económica que lleva a cabo, que calificó de "disparate", ya que, de lo contrario, el país tendrá "un problema grande".
A continuación Rajoy dedicó minutos enteros para ofrecer la receta del PP a la crisis económica: sanear el sistema financiero para que éste de crédito a las pymes y a los autónomos.
Además, dijo que en España es necesaria una política de control del gasto público, puesto que el país "no puede ir a un déficit público del 8%". También se refirió a la teoría de que el PSOE pierde apoyos institucionales: "Rodríguez Zapatero se ha quedado sin aliados. De hecho, en el último pleno del Congreso el PP ha ganado todas las votaciones, cosa que no es normal que suceda por parte del partido de la oposición. Pero es que es muy difícil acercarse a un señor que no tiene un criterio, ni fija objetivos, que tiene una forma de gobernar singular y que objetivamente lo está haciendo muy mal. Entonces, la mayoría de los grupos no se acercan ni apoyan las políticas equivocadas".