El príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, acudió ayer a la base aérea de Morón para probar el caza Eurofighter, el más moderno del Ejército del Aire. Tras volar 45 minutos, su expresión y su veredicto no daban lugar a dudas: se entusiasmó pilotando la que llamó "la máquina perfecta".
"Ningún otro avión tiene la misma sensación de potencia y maniobrabilidad. Para un piloto [el príncipe lo es] y para quien no es piloto es la máquina perfecta. Tiene todas las diferencias [imaginables] con cualquier ottro avión: en tecnología, en capacidad, en facilidad de vuelo... estamos en vanguardia en avances tecnológicos".
Éstas fueron las palabras del heredero al trono sobre la joya de la aviación, el Eurofighter, tras efectuar su primer vuelo con el caza durante 45 minutos. Partió de la base de Morón (en suelos de Arahal) y recorrió a unos 8.000 metros de altura -la mitad de la capacidad del avión- los cielos de Huelva, indicaron fuentes de la base.
El príncipe de Asturias rompió el protocolo nada más aterrizar, y sin quitarse el mono de piloto explicó en la pista de la base de uso conjunto su experiencia con una sonrisa de oreja a oreja y ese brillo en los ojos que tienen quienes han experimentado algo fuera de lo corriente.
A bordo del biplaza lo acompañó a los mandos el comandante Manuel de la Chica, destinado en Morón y compañero de Felipe de Borbón en la Academia General del Aire de San Javier, en 1988, según la biografía del príncipe que ofrece la web de la Casa Real.
La prueba del Eurofighter, explicaron desde el Ministerio de Defensa, forma parte de los contactos periódicos que tanto Felipe de Borbón como su padre el rey de España, Juan Carlos I, tienen con las unidades militares para conocerlas de primera mano. El vuelo de ayer consistió en una serie de maniobras de dos de estos aviones con el punto culminante de la misión en el reabastecimiento en vuelo de los dos cazas a la vez desde un Boeing 707, explicó el capitán Manuel Rivera.
Uno de los aparatos lo pilotaron el príncipe y el comandante De la Chica, y el otro el coronel jefe de la base aérea de Morón, León Machés; junto con el jefe del estado mayor del Ejército del Aíre (Jemad), el teniente general Francisco José García de la Vega.
El biplaza del príncipe se dirigió a las 12.27 horas -previo saludo de Don Felipe desde su asiento, el trasero del biplaza- a la pista de despegue.
Antes de medio minuto se perdió en el cielo. El avión, que normalmente ejerce funciones de vigilancia del espacio aéreo, volvió a aparecer en el cielo nuboso y con viento suave de la base a las 13.15. Además de perfecta, la máquina fue puntual.