La Liga descansa plácidamente porque juega España en Logroño mañana, tras haberlo hecho el viernes en Suiza en un vibrante encuentro con victoria muy trabajada (3-2) ante Chile. La huelga no dejó huellas porque todo sigue igual. Caparrós lo pasa tan mal en Neuchatel que ni se acercó a Saint Gallen para evitar un aluvión de preguntas del periodismo español ante su fugaz aventura en el banquillo suizo por obra y gracia de uno de esos personajes que están irrumpiendo en el mundo del fútbol. Ánimo, Joaquín.
Los indignados. Los gritos de los indignados del reparto se escuchan por doquier con Del Nido y Roig como abanderados. FC Barcelona y Real Madrid, callados, porque tienen la boca llena de la tarta y los que los apoyan, escondidos tras la mata porque deben avergonzarse del papelón que están haciendo.
El problema de las radios. No quiero ir de listo pero me atrevo a manifestar que para acallar al periodismo y evitar su apoyo a los reivindicativos equipos, solucionarán el problema de los carruseles radiofónicos. La LFP seguirá dando bandazos a favor de los grandes porque así se garantizan sus magníficas soldadas su trío de dirigentes y así pasarán meses y meses con FC Barcelona y Real Madrid junto a sus colaboradores escondidos tras la mata sabedores que Del Nido, Roig y compañeros mártires sólo podrán enviarles perdigonadas.
La Liga no interesa. No hace mucho leí a un escritor argentino una serena reflexión sobre nuestra liga. Decía que en Argentina sólo interesan las 8 o 10 primeras jornadas. Después, nuestra Liga carece de interés. Terminaba diciendo que en Argentina, con equipos vendedores y con un fútbol limitado en su calidad, el interés es máximo porque cualquiera puede dar la sorpresa (el lider de Primera es Atlético Rafaela y River Plate juega en Segunda) algo impensable en España.
Aquí mucho nombre, mucho “roneo” de contratos supermillonarios, intermediarios dueños y señores de muchos equipos y hasta buscándose fórmulas para con sociedades extrañas evitar las leyes concursales y seguir con el negocio de compro, vendo o cambio. Entretanto, quienes tienen que acabar con esta sinrazón miran a otro lado. Los grandes siguen con el despilfarro por bandera (miren sus déficit) en fichajes y contratos, otros se conforman con las migajas y los indignados buscan apoyos y no los encuentran.
