Ya en libertad y de vuelta en Sevilla, el sonado caso de Javier Villanueva va dando menos que hablar. Pero para Andrés Díaz, éste siempre será recordado. El que fuera agregado de interior de la Embajada española en Bolivia presentó ayer un libro en el que cuenta "la verdad" del caso.
Después de muchos años de angustias, incertidumbres y dolor por parte de la familia Villanueva, ahora recuerdan el hecho vivido con tranquilidad y felicidad al tener a Javier desde principios de enero a su lado. Fueron años difíciles. Éste fue el juicio estrella en la ciudad boliviana de Santa Cruz, donde nunca antes la explosión de un coche bomba había acabado en un accidente mortal. Esta pesadilla empezó a principios de 2004 cuando Javier Villanueva fue detenido y acusado de la muerte de Mónica Von Borries, importante fiscal antidroga de Bolivia.
Pero nadie mejor que Andrés Díaz, testigo privilegiado de los hechos por su función de Agregado de Interior de la Embajada española en Bolivia en esos años, conoce esta historia tan dramática. "Cuento lo que yo viví en Bolivia con todo el proceso judicial de Javier, ya que al estar como agregado tenía toda la información necesaria", explica el autor de la publicación. A lo largo de sus 19 capítulos y casi 300 páginas, Bolivia: la verdad del caso Villanueva narra las vicisitudes del sevillano en el país andino analizando los momentos claves de la compleja trama. Además, esta obra incide en los interesantes pormenores de las actuaciones policiales, judiciales y de inteligencia que se llevaron a cabo desde 2004. A la presentación, que tuvo lugar ayer en el Colegio de Abogados de Sevilla, acudió Francisco Villanueva, padre del ya inocente Javier y amigo del autor. "Ha sido complicado llevar a cabo el proceso, dificultades tales como las condiciones infrahumanas, la distancia y sobre todo por las posibilidades que ha habido de una condena de 30 años, pero todo ha salido adelante y bien", declara Villanueva junto al autor del libro que protagoniza su hijo Javier.
Bolivia: la verdad sobre el caso Villanueva sin duda será uno de los recuerdos más señalados en la vida de esta familia y del comisario Díaz. Han sido cuatro largos y duros años luchando día a día por la inocencia y libertad de Javier Villanueva, de la que disfruta desde marzo de 2006, aunque toda esta trama no terminó hasta enero de este año que Javier pudo volver de Bolivia a su querida Sevilla, cerrando así un polémico caso que tuvo en vilo tanto a españoles como bolivianos. "Gracias a este tipo de actos se hace publicidad a lo que pasó, ya que todavía queda mucha historia por contar", afirma Francisco Villanueva.