Los españoles que aterrizaron ayer en Barajas procedentes de Bombay relataron las horas de extrema angustia que han vivido en la ciudad india. El presidente de la Cámara de Comercio, Salvador Santos, aseguró que permaneció más de siete horas en un malecón aguantando los gritos de la gente que estaban matando y las explosiones. "Escuchábamos los gritos de personas que estaban muriendo"; relató el empresario visiblemente afectado, que añadió que la experiencia vivida parecía más "una guerra que un atentado". Otro de los empresarios, Arturo Fernández, explicó cómo pudo salir del hotel totalmente ileso: "Me tuve que tirar rodando por las escaleras".
Mientras el alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá, relató una de las experiencias más escalofriantes que pudo escuchar de un compañero con el que se encontró minutos más tarde. Así, este individuo aseguraba cómo había visto a varios terroristas pedir el pasaporte a unos 15 extranjeros. "Primero nos pusieron contra la pared y nos fueron pidiendo uno a uno los pasaportes. Cuando llegaron a unos de nacionalidad turca les preguntaron si eran musulmanes", explicó. Estas personas aseguraron serlo y los terroristas, para comprobar si era cierto lo que estaban diciendo, les obligaron a ponerse de rodillas y empezar a rezar. Cuando se cercioraron de que estaban en lo cierto, les dejaron marchar y a sus espaldas acribillaron a tiros al resto de extranjeros.
Sólo ahora que ya están en suelo español, De Foxá puede recordar todo lo ocurrido. De hecho, en el avión mató el tiempo dibujando en un pequeño papel un plano de todo lo que pudo ver en el hall. "Ahora ya me voy acordando de todas las cosas y de toda la gente que he visto viva y ahora está muerta", reseñó el primer edil, quien aseguró que no llegó a ver a los terroristas porque sólo alcanzaba a visionar los fogonazos que estaban disparando en su dirección.
Otras de las que llegó fue la directora de medios de la Comunidad de Madrid, Isabel Gallego, y relató que había vivido "con mucha tensión y mucha incertidumbre, y sin batería en el teléfono móvil y sin tabaco", ironizó. Del tiempo que permaneció resguardada junto a las rocas de la playa recordó que es escuchaban "perfectamente" las bombas y las explosiones del hotel Oberoi "y que luego se extendían por el resto de la ciudad".
Por último, Yolanda Vidal, operadora de cámara de la Comunidad de Madrid, manifestó que se enteró de que se estaban produciendo los atentados porque le estaban "disparando por detrás".
