Cofradías

Esencias clásicas en San Vicente

Emocionante salida del Cristo de las Siete Palabras con recuerdo a Rafael Ariza incluido.

el 20 abr 2011 / 21:42 h.

Le acompaña un cierto aura de cofradía relajada, de esas que no crean adhesiones entusiastas pero que nadie se quiere perder. Por eso tal vez sea Siete Palabras una de las cofradías con la salida menos congestionada del Miércoles Santo. Relativamente. Porque cada año son más las personas que saben bien que la puesta en la calle de esta cofradía de tres pasos, con su zigzag entre Cardenal Cisneros y San Vicente, esconde una de las esencias más personales y contrastantes de la semana grande.

Entre nazarenos blancos y espíritu luctuoso discurre el Señor de la Divina Misericordia. Muy mal en su salida el público, farfullador y ruidoso. Adiós a una página musical excepcional: golondrinas en los naranjos, Capilla Musical de San Telmo y racheo de los costaleros bajo el paso. Más fortuna tuvieron quienes aguardaban en San Vicente. Una ráfaga de siseos hizo el silencio cuando el Señor de la Misecordia casi ya desembocaba en El Museo.

Apenas diez minutos después un intenso olor a incienso de vainilla emergió de la parroquia. El Cristo de las Siete Palabras, en el dintel de la puerta, y con la incipiente noche dándole la bienvenida salía a la calle. La primera alzada para el histórico capataz Rafael Ariza, fallecido el pasado año. El paso emerge de la oscuridad del templo con una medida calibrada al milímetro, casi podría asegurarse que entre esquina y esquina no cabría nada más allá de un alfiler. "Menos paso", exigía Enrique Bejarano. Pero menos era matemáticamente imposible. Luego, tras el aplauso casi al compás del himno de España un pequeño parón: el Cristo no llevaba las potencias. Los miembros de la priostía lo solventaron en unos minutos que los aficionados a los móviles y las cámaras aprovecharon para dejar constancia de cada pequeño detalle del misterio.

Todavía quedaba margen para el goce en San Vicente. Cinco siglos exactos de historia que se resumían anoche en las Siete Palabras. Los hermanos de la corporación estudian la posibilidad de enmarcar a su Virgen de la Cabeza en un nuevo palio. Por ahora quedan todavía unos años en los que disfrutar de este trono clásico y sobrio, al que quizás le pega más procesionar en silencio pero que, perspectivas al margen, fue anoche bellamente acompasado por los sones de la Banda del Águila de Alcalá de Guadaíra y un hit cofrade, Nuestro padre Jesús.

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