El Pacto por Sevilla retorna al discurso de los políticos con el nuevo año, como ya pasara al inicio de mandato –y que quedó en poco más de una foto– o hace medio año, cuando el PSOE aprovechó el primer año de mandato de Zoido para lanzar un guante llamado Unidos por Sevilla que el PP entendió como un ataque a su gestión. Pero tuvo el efecto contrario: la refriega política se ha acrecentado en los últimos meses, con el Consistorio escenificando sus múltiples frentes abiertos con la Junta (Gavidia, talleres de empleo, Altadis, Santa Catalina, El Prado) y el PSOE cuestionando con más virulencia desde la bancada de la oposición. “La confrontación perjudica a la ciudad gravemente”, aseveró el portavoz municipal del grupo socialista, Juan Espadas, que fue el que esta vez lanzó el guante, emplazando al alcalde, Juan Ignacio Zoido, a consensuar acuerdos en cinco puntos: empleo; urbanismo y movilidad; papel de los distritos; postura común ante los bancos; y la intención de desbloquear proyectos ante Junta y Estado.
En ese punto, Espadas se ofreció como interlocutor para limar asperezas y solventar escollos como la Gavidia, la ampliación del Metro o la ubicación de la Ciudad de la Justicia. “No podemos perder otro año más”, reflexionó.
En esa carta, remitida al alcalde, la prioridad se encuentra en la reactivación económica. Por ello imprimió mayor urgencia a la búsqueda de un pacto por el empleo, con la petición de una reunión con sindicatos, empresarios y grupos políticos en la que se dibuje “una hoja de ruta” con “contenidos” que “no se debería demorar más allá del presente mes de enero”.
Como idea, la misiva no disgustó al Gobierno local que, a través del portavoz del PP, Juan Bueno, aceptó celebrar “una reunión cuando Espadas quiera y nos presente sus propuestas”. “Este Gobierno está encantado de atender todas las buenas intenciones que repercutan en el bien de la ciudad”, manifestó Bueno.
Sin embargo, como tentativas anteriores, el inicio del diálogo está trufado de ataques que poco invitan al pacto. Espadas criticó la inacción de Zoido en materia de empleo y le exigió una paz social en las empresas municipales que “no se logra si llama responsable al sindicato si te apoya y chantajista si plantea una huelga para defender sus derechos”, en alusión a Lipasam. El órdago fue recíproco. Bueno recriminó a Espadas que presente pactos “a la prensa antes que al propio alcalde”, a la vez que le reclamó que “arrime el hombro hablando con sus compañeros de la Junta de Andalucía para que paguen lo que deben” y que no dañe la imagen de la ciudad “alentando huelgas políticas”.
