España está dispuesta a seguir participando en la operación Protector Unificado de la OTAN en Libia e incluso a realizar "nuevos cometidos", para poder atender a las necesidades de ayuda humanitaria de la población y para colaborar en la evacuación de libios que lo necesiten, si así lo pide la ONU , pero sin aportar "medios nuevos" a la operación, según informó ayer la ministra de Defensa, Carme Chacón.
La ministra de Exteriores y de Cooperación, Trinidad Jiménez, admitió que la operación militar en Libia tiene un "alcance limitado" porque el mandato de la ONU "no permite ir más allá en el uso de la fuerza", pero defendió su continuidad al reconocer que "las amenazas a la población civil persisten". Asimismo, dejó claro que España seguirá contribuyendo con los medios actuales al operativo y descartó, por tanto, participar en operaciones de ataque a tierra contra objetivos militares del régimen.
"Sabemos que su alcance es limitado pero creemos que tiene que continuar la misión. Todavía no hemos conseguido cumplir con los objetivos que vienen marcados en la propia resolución 1973", explicó la ministra, quien avanzó que el Gobierno solicitará el martes una prórroga de dos meses a su participación en la zona de exclusión aérea al Congreso de los Diputados. Las fuerzas que participan en la aplicación del embargo de armas ya tenían mandato de tres meses frente al mes de despliegue autorizado en un principio para la zona de exclusión aérea.
Sin fuerzas. Mientras, la OTAN ha solicitado nueve aviones de combate de gran precisión para evitar al máximo las bajas civiles, pero, según su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, ninguno de los países aliados ha hecho "compromisos específicos" para aportar más medios. Y es que la situación sigue sin controlarse. Aviones de la coalición internacional bombardearon ayer Trípoli, dejando heridos, mientras que las fuerzas leales al líder libio, Muamar Gadafi, mataron a 23 personas en Misrata.