Economía

España busca el paraguas europeo

Trata de forzar un pronunciamiento enérgico, sobre todo de Alemania, en defensa del euro que espante a los especuladores

el 03 ago 2011 / 20:12 h.

El repunte de las primas de riesgo de Italia y España ha intensificado los contactos a todos los niveles entre las capitales de la UE y el Ejecutivo comunitario, según dijeron fuentes europeas. Bruselas reiteró ayer la "confianza" que mantiene en Madrid y Roma y sus compromisos respectivos para llevar adelante los ajustes comprometidos y dejó claro que no se discute ningún plan de rescate para ninguno de esos dos países. Existe una gran preocupación, tanto que la Unión Europea se moviliza para evitar que dos grandes de su economía, España e Italia, empeoren y terminen arrastrando al conjunto de los socios. Grande es la preocupación.

De hecho, el presidente de la CE, Jose Manuel Durao Barroso, estimó ayer "claramente injustificado" el trato que los mercados están dando a España e Italia. "Es motivo de profunda preocupación y, en base a los datos económicos y presupuestarios y los pasos que están dando para reforzar los indicadores de estos dos estados, los acontecimientos son injustificados", declaró Barroso a través de un comunicado.

Defendió las medidas acordadas por los líderes de la Eurozona en la cumbre del pasado día 21 de julio, como son las condiciones del segundo rescate de Grecia y la flexibilización del fondo de rescate europeo, y reclamó a los gobiernos que aceleren al máximo los trámites parlamentarios para poder ratificar esas medidas.

Barroso recalcó que es esencial avanzar rápidamente en la puesta en marcha de todos los compromisos de los países miembros para "enviar una señal inequívoca" de la determinación de los socios del euro para afrontar la crisis de deuda pública con instrumentos "acordes a la gravedad de la crisis". Por tanto, sentenció, no puede haber dilación. En su declaración, lanzada a primera hora de la tarde, Barroso considera que las "tensiones" en los mercados son el reflejo de la creciente preocupación respecto a la capacidad de respuesta de la Eurozona a la crisis de deuda.

España también se moviliza e intenta un posicionamiento contundente de la Eurozona en favor del país. Así, el presidente del Gobierno español, Jose Luis Rodríguez Zapatero, habló con Barroso y con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para abordar la situación. Por su parte, el ministro de Finanzas italiano, Giulio Tremonti, contactó ayer con el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, y viajó a Luxemburgo para poder entrevistarse con el jefe del Eurogrupo, el primer ministro de ese país, Jean-Claude Juncker.

El propio primer ministro, italiano Silvio Berlusconi, aseguró, durante su intervención en la Cámara de Diputados, que el sistema económico italiano es "sólido" y afirmó que la crisis económica que soporta el país debe ser afrontada con "coherencia y firmeza". Comentó que las tensiones de los mercados "no valoran nuestra solidez", y opinó que el plan de ajuste que su gobierno aprobó el pasado 6 de julio "es adecuado y suficiente para Europa y los observadores internacionales".

Sin embargo, Berlusconi aseguró que en una reunión que hoy mantendrá el Gobierno y los representantes sociales, propondrá un "pacto de estabilidad para el crecimiento y la cohesión social". Según explicó Berlusconi, en Italia es necesario "un plan de acción inmediato".

Zapatero, por otro lado, considera que la crisis financiera que azota a la Eurozona -ahora agravada con la incertidumbre sobre la situación de Estados Unidos- requiere una respuesta unitaria de los países afectados. Sus contactos con otros líderes europeos tratan de propiciar una acción coordinada de varios estados para reclamar una reacción más enérgica y más precisa por parte del Banco Central Europeo y especialmente de Alemania en defensa del euro.

Y para ello tiene el respaldo de la patronal CEOE . El presidente, Juan Rosell, aseguró ayer que la "preocupación" por el repunte de la prima de riesgo española no es sólo de España, sino de "toda Europa", por lo que urgió a aplicar una solución "conjunta" desde la UE. "Y es que estamos todos en las mismas, todos con problemas. Es la batalla entre la política y los mercados y especialmente con la política europea", explicó.

Mercados. De hecho, la presión siguió ayer contra España. Por segunda jornada consecutiva y en una semana negra, la prima española abrió por encima de los 400 puntos básicos y llegó a tocar otro máximo de 407, pero se estabilizó en 385. La bolsa española cerró la sesión con una caída del 0,85%, que situó al Íbex 35 en la cota de los 9.037,7 puntos -un nuevo nivel mínimo desde junio de 2010- y sumó cuatro jornadas consecutivas de descensos, en las que el selectivo se ha dejado un 6,4%.

El Íbex logró salvar in extremis la barrera psicológica de los 9.000 puntos, tras cotizar minutos antes del cierre por debajo de este listón. Y los malos datos procedentes de Estados Unidos y el tono negativo de Wall Street volvieron a lastrar a los mercados europeos.

Los mayores descensos del día correspondieron a ArcelorMittal (-5,62%), Abertis (-3,85%), IAG (-3,6%) y Técnicas Reunidas (-2,38%). En el sector financiero, CaixaBank cedió un 1,82%, seguido de Bankinter (-1,25%), Banco Santander (-1,22%), Banco Sabadell (-0,95%) y BBVA (-0,82%). En el mercado continuo, Bankia y Banca Cívica también cerraron en negativo, con recortes del 3,85% y del 1,4%, respectivamente. Repsol YPF, por su parte, cayó un 1,44% y Telefónica terminó plana.

En Europa, los principales indicadores también cerraron con signo negativo. Así, Fráncfort lideró las caídas, con un 2,41%, seguida de Londres (-2,34%), París (-1,93%), Milán (-1,5%) y Lisboa (un -1,33%).

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