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España cae ante Croacia y casi dice adiós a la lucha por las medallas

Dolor, consternación e impotencia, hombres hundidos y una hora de balonmano difícil de olvidar para España fue el balance final de una derrota inmisericorde ante Croacia, la anfitriona del Mundial arropada en Split por 12.000 febriles voces de patriotas.

el 15 sep 2009 / 21:31 h.

Dolor, consternación e impotencia, hombres hundidos y una hora de balonmano difícil de olvidar para España fue el balance final de una derrota inmisericorde ante Croacia, la anfitriona del Mundial arropada en Split por 12.000 febriles voces de patriotas.

La lluvia no cesó durante el día en esta ciudad costera. El cielo cubierto por nubes negras fueron un mal presagio para la selección española. La presunción se convirtió por la tarde en una triste realidad, en una derrota en el infierno del Spaladium Arena: España fue arrasada por Croacia.

Fue un día triste, como el día lluvioso, para el balonmano español. El ardor del juego croata quemó las naves de España en su pretensión de alcanzar las semifinales. La renovación que Valero Rivera ha confeccionado para este Mundial naufragó. Fue una nueva demostración de impotencia, la imagen de un equipo descompensado que acabó roto.

La derrota obliga a ganar a Corea del Sur para acceder, aunque sea sin puntos, a la segunda fase en Zagreb. De lo contrario, España se verá fuera de la segunda fase, abocada a una Copa Presidente lastimosa con las cenicientas de todos los grupos.

El devenir de la primera parte frente a Croacia marcó el choque, como ocurrió antes contra Suecia. España cedió pronto y la cuestión de remar después se convierte en un conjunto de actos esquizofrénicos.

En medio de un maremágnum acústico, que centrifugaba ruidos y voces sobre la cancha, el motor español no carburó. Incapaz de tapar la zona central de la defensa 5-1 y posicionarse en ataque ordenado, en diez minutos los españoles sólo habían encontrado el camino del gol en dos ocasiones (2-6).

De ahí se pasó al movimiento en el banco. Rivera comenzó a rotar a sus hombres, en busca de un siete fiable y tras un tiempo muerto en el minuto 12. Pero la zaga croata era una roca, pegajosa, y su parsimonia ofensiva obtenía respuesta positiva frente a Hombrados y Barrufet (entre ambos sólo 4 paradas de 22 lanzamientos).

A los 20 minutos de juego el Spaladium Arena era un festival repleto de decibelios. Ni las seis exclusiones en el bando local achicaron la presión. Si con Suecia los españoles perdieron en el primer periodo (13-19), frente a los croatas fue aún peor (11-18).

La suerte estaba echada. Ni el cambio a 6-0 de defensa para la segunda parte frenó el vendaval. Cánticos, olas, pataleos, pitos, gritos y palmas empequeñecían minuto a minuto a los jugadores españoles, algunos nunca entregados como el 'superclase' Barrufet, el vasco Iker Romero o el peleón Ugalde.

Pero los croatas eran ya gigantes. Vori, Balic, Lackovic o Duvnjac (éste 7 goles) fueron los héroes. Croacia no falló en su primer día clave. La España de Valero Rivera quedó arrasada.

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