El Gobierno sigue dando pasos para poner fin a la pesadilla del asalto pirata a un pesquero español en Somalia. El Ejecutivo envió ayer un avión de combate al país africano para apoyar a la misión de rescate en la que también participa la fragata Méndez Núñez.
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, indicó que el avión, que llegó ayer a la capital del país africano, es un P-3 Orión, la mejor aeronave de reconocimiento marítimo del Ejército español, capaz de controlar un área de 200 kilómetros y que está especializado en la guerra electrónica. La aeronave española partió a Somalia desde la base de Morón de la Frontera, en Sevilla.
Además del envío del avión de combate, Moratinos informó de que mantiene abiertas todas las vías diplomáticas, con el objetivo "de determinar la mejor manera de resolver el caso". El ministro rehusó dar detalles dada la importancia de mantener la "discreción y prudencia en la gestión".
De todos modos, eso no evita que se produzcan todo tipo de filtraciones. Según desveló ayer la Cadena SER, un grupo de seis agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) llegarán a la zona donde está secuestrado el pesquero para proporcionar un apoyo discreto a los trabajos de negociación que encabeza el embajador español en Kenia, Nicolás Martín Cinto, con el que viaja un grupo de Geos que le acompañó para hacer seguro su paso de Kenia a Somalia.
Precisamente, Martín Cinto mantuvo ayer una reunión en Mogadiscio con el primer ministro de este país africano, Alí Mohamed Gedi, que mostró su "disposición" a colaborar con las autoridades españolas para resolver el secuestro del atunero, que cuenta entre sus 26 tripulantes con ocho gallegos y cinco vascos.
Por otra parte, la casa armadora del Playa de Bakios, Pevesa, tranquilizó a las familias de la tripulación, al asegurar que las vías abiertas para conseguir la liberación van "muy bien" y que los tripulantes ya habían desembarcado. Así lo relató Angelines Mariño, la mujer del patrón del barco, Amadeo Alvarez, que recibió una llamada telefónica de su marido en la que dejó claro que ahora "están más tranquilos".
