La Comisión Europea (CE) mejoró ayer ligeramente su previsión sobre la economía española para 2010, al augurar una contracción del PIB del 0,3% frente a la caída del 0,4% anteriormente prevista, pero vaticinó una recaída del 0,1% en el tercer trimestre del año, tras haber logrado cerrar los dos anteriores en positivo.
La estimación del Ejecutivo comunitario para el conjunto del ejercicio coincide con la del Gobierno español, que en mayo redujo sus previsiones para 2010, incluyendo así el efecto de las medidas aprobadas para reducir el déficit público.
Sin embargo, las previsiones de Bruselas contrastan con las declaraciones de la ministra de Economía, Elena Salgado, la semana pasada, cuando aseguró que la economía española no "cerrará trimestres en negativo" este año.
Concretamente, la CE espera que el PIB español se reduzca una décima en el tercer trimestre (frente a la caída del 0,2% prevista en primavera), para volver a recuperarse en el último cuarto del año, con una expansión del 0,1% (en primavera auguró un incremento del 0,2%).
En el informe, atribuye la recaída del tercer trimestre a la subida del IVA que entró en vigor el 1 de julio, que, a su juicio, provocó un adelanto del consumo a los meses precedentes y un deterioro de las ventas minoristas de julio a septiembre.
También menciona el descenso de las ventas de coches por el final de las ayudas públicas del Plan 2000E, el ajuste del sector de la construcción -"que está previsto que continúe"-, así como la caída de la inversión pública planeada para la segunda mitad del año como parte del programa de saneamiento fiscal del Gobierno.
El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, consideró asimismo la necesidad de tener en cuenta "los antecedentes" del caso español y destacó el papel de la burbuja inmobiliaria, que provocó que la crisis financiera golpeara "severamente" a España y acabara con las finanzas públicas saneadas de las que gozaba hasta entonces.
Preguntado sobre si el Gobierno debe activar reformas adicionales, Rehn confió en que la combinación de medidas de consolidación fiscal y reformas estructurales ya anunciadas por el Ejecutivo "ayudarán a España a reforzar su competitividad y a sentar los cimientos del crecimiento sostenible y la creación de empleo a medio plazo".
En contraste con la situación española, la CE prácticamente duplicó sus previsiones de crecimiento para la economía europea, tras constatar el buen comportamiento durante el primer semestre, gracias a la recuperación del comercio mundial y al tirón de la locomotora alemana.
El Ejecutivo comunitario espera que el PIB de la Zona Euro crezca un 1,7% en 2010 respecto al 0,9% augurado en primavera, mientras que el PIB de la UE subirá un 1,8%, frente al 1% previsto.
Bruselas también mejoró considerablemente sus pronósticos para las principales economías, lideradas por Alemania, para la que avanzó una expansión del 3,4% en 2010 (frente al 1,2%).
La economía de Polonia también crecerá un 3,4% (frente al 2,7%), la de Holanda un 1,9% (frente al 1,3%), mientras que Francia lo hará un 1,6% (respecto al 1,3%), Italia un 1,1% (frente a un 0,8%), y el Reino Unido un 1,7% (respecto a un 1,2%).
Pese a los buenos datos, Bruselas avisó de que los riesgos sobre la recuperación no han desaparecido y citó una demanda exterior menor de la esperada, nuevas tensiones en los mercados financieros y de deuda, así como posibles efectos negativos por los programas de saneamiento fiscal emprendidos por los países.
Avances a múltiples velocidades
La CE vaticina una ralentización durante la segunda mitad del año por la pérdida de vigor de la economía mundial, especialmente en EEUU, y alerta del riesgo de una recuperación a "múltiples velocidades" dentro de la UE.
Por esta razón, reclamó a los países rezagados como España, Grecia, Portugal o Irlanda, que prosigan las reformas estructurales para recuperar competitividad. De hecho, España será el único gran Estado miembro cuya economía se contraerá este año y en el que la mejora de la previsión ha sido más modesta, de sólo una décima.
"La evolución sigue siendo desigual en los diferentes Estados miembros, confirmando las previsiones de la Comisión de una recuperación a múltiples velocidades en la Unión.
Ello refleja diferencias en la estructura de producción, la escala del ajuste necesario y el proceso de reequilibrio en marcha dentro de la Unión y la Eurozona", afirmó el comisario de Asuntos Económicos. Olli Rehn.
Rehn admitió que está "preocupado" por esta recuperación a múltiples velocidades y resaltó que "muchos países que están experimentando ahora un crecimiento más lento y más paro perdieron competitividad durante la última década".
A su juicio, el fuerte crecimiento de Alemania tendrá un "efecto de propagación y contagio" sobre el resto al tratarse de la mayor economía de la UE. No obstante, consideró "indispensable" que los países con menor crecimiento "comiencen a restaurar su competitividad" con reformas estructurales.
La CE atribuye la ralentización del segundo semestre a la desaparición de los efectos de los planes de estímulo, pero ve "improbable" una recaída en la recesión.