Desaceleración en España, frenazo en EEUU. Son dos distintas secuelas de la ralentización económica internacional. El Producto Interior Bruto (PIB) español creció en 2007 el 3,8%, sólo una décima menos que el año anterior, mientras que el estadounidense se quedó en el 2,2%, tras caer siete y sufrir un varapalo en el último trimestre.
La situación de ralentización en la economía mundial está teniendo efectos distintos en unos países que en otros. Uno de los que más lo está sufriendo es EEUU, foco principal del problema después de la crisis crediticia que se desató en el país el pasado verano. La principal potencia del mundo creció en 2007 el 2,2%, el peor dato en cinco años, tras experimentar una desaceleración del 0,7% con respecto el año anterior.
El motivo fundamental de este frenazo se encuentra en la fuerte ralentización que vivió EEUU en el cuarto trimestre, en el que creció sólo el 0,6% -la mitad de lo previsto-, frente al 4,9% registrado en el tercer trimestre.
En España, aunque la ralentización también se nota, lo hace de manera más suave. El PIB nacional creció el 3,8% en 2007, una décima menos que el año anterior, y un 3,5% en el cuarto trimestre, debido a menor dinamismo de la demanda interna, según avanzó ayer el Banco de España. La institución financiera aseguró que la economía española tiene "suficientes resortes" para afrontar la previsible desaceleración de los próximos trimestres.
De confirmarse la estimación del Banco de España, la economía española habría crecido el 4,1% en el primer trimestre del año, el 4% en el segundo, el 3,8% en el tercero y el 3,5% en el cuarto, porcentajes que permitirían cumplir la previsión oficial del Gobierno situada en el 3,8% para el conjunto del ejercicio. El Banco de España señala que esta "suave desaceleración" se debe a una "aminoración del ritmo de crecimiento" de la demanda nacional, que habría crecido medio punto menos que en 2006, y de una "nueva y significativa" corrección de la aportación negativa de la demanda exterior, que se habría situado en -0,7 puntos, por la "notable pujanza" de las exportaciones y la moderación de las importaciones.
En el caso estadounidense, el Departamento de Comercio achaca la situación a la caída de las inversiones de las empresas y a la desaceleración de las exportaciones de EEUU, así como el menor consumo.
De vuelta a España, la institución monetaria resalta que que ha comenzado un proceso de desaceleración del crédito concedido a empresas y familias, por lo que augura una evolución "más sostenible" del endeudamiento del sector privado.
Respecto a la evolución de los precios, reitera que el repunte en el petróleo en los últimos meses de 2007 y los notables incrementos de determinados alimentos han conducido a un deterioro de la situación inflacionista hasta terminar con una tasa del 4,2% y un diferencial con respecto a la Zona Euro de hasta 1,2 puntos porcentuales.