-Hace un año y pocos meses, primer rescate a Grecia y ahora llega el segundo. ¿Qué está ocurriendo para que aquel dinero no sirviera y se necesite más?
-Los problemas son muy profundos y, aunque se están tomando medidas, que ya debieran haberse adoptado en los tiempos de bonanza, no son las necesarias, y no lo son por ese miedo de los políticos a su impacto en la población, es decir, porque son impopulares. El resultado no puede ser otro que la necesidad de más dinero.
-¿Un pozo sin fondo?
-Espero que no. Las medidas, en todo caso, tienen que ser drásticas: privatizar empresas públicas, reducir deuda, reducir el número de funcionarios, etcétera. Se trata de medidas cuyos efectos tardarán en llegar y, para colmo, la situación económica no acompaña.
-¿El Eurosistema está en peligro de extinción?
-Está en una situación delicada, entre otras cosas al estar compuesto por países con un ritmo de crecimiento económico muy distinto y esto no se podrá mantener por mucho tiempo si no se toman medidas para armonizarlos. La situación es tan crítica que si no se recuperan estas economías, al final tendrán que salirse del euro, con la drástica posibilidad incluso de que sea Alemania la que opte por abandonar, aunque, sinceramente, no creo que le interese.
-¿El problema es esa Europa de dos velocidades?
-Hay una Europa de dos velocidades, pero no es malo siempre y cuando los que lleven un ritmo menor sigan creciendo. Ahora ni siquiera lo hacen y, encima, los asfixia la deuda. España crece, pero está entre los rezagados.
-¿Habrá rescate de España?
-No los creo, al menos a corto plazo. Nuestra economía es más fuerte que la de Grecia, Irlanda y Portugal y la banca es más solvente que la de esos estados. Eso sí, hay que seguir tomando medidas.
-Italia es una economía fuerte y está sufriendo ataques.
-El problema más grave de la Eurozona sería que Italia y España estuvieran en una situación límite y hubiera que ayudarlos, entonces si estaría en peligro la UEM. Grecia, Portugal e Irlanda son países pequeños cuyos problemas sí caben ser absorbidos por Alemania y el resto de estados. España e Italia son palabras mayores.
-¿Son comprensibles las reticencias de Alemania a aportar más recursos a los rescates?
-Sí, claro, puesto que durante mucho tiempo ha financiado con los fondos estructurales a países como España y constata ahora que ese dinero no se ha utilizado para cambiar el modelo productivo. Si se hubiera usado un poco mejor, quizás no estaríamos en la situación actual. Alemania se está cansando, sí, pero no debería olvidar que su crecimiento se basa en Europa, es su mercado principal.
-¿Esos que llamamos mercados, por qué nos doblegan?
-Estamos en una economía de mercado, donde todos queremos ganar dinero, y quienes son más productivos triunfan. Los mercados buscan cuáles son las economías más competitivas, de ahí que las estrategias políticas deben ir hacia el mercado. Así de sencillo. Los mercados financieros siempre han existido, las bolsas siempre han subido y bajado. Por ejemplo, las bolsas europeas ya han recuperado buena parte de lo perdido durante la crisis, pero no la española. Los mercados van por ciclos, en unos suben, en otros bajan, y les interesa que las economías se reactiven. No habrá una situación permanente de crisis, saldremos, lo importante es que se tomen medidas para no caer en otra.
-¿Esos mercados se ceban con las desgracias de los países?
-Los mercados van buscando el producto más rentable en cada momento y, al no tomar las medidas necesarias, los países más débiles no están en condiciones de defenderse. Los mercados atacan cuando hay debilidades.
-Pero existe la aversión al riesgo, y es mucho riesgo que sigan comprando deuda exigiendo un elevado interés cuando hay países que bordean la quiebra...
-Sí, pero entienden que la UE no dejará caer a estos países, sino que los rescatará para no entren en bancarrota. Se busca la rentabilidad, de ahí el incremento de la prima de riesgo.
