Tras las dudas después del empate (1-1) ante Italia, las correspondientes críticas a Del Bosque y el debate sobre el 9, la selección comienza su crecimiento futbolístico. Empieza a parecerse a la que todos esperamos y aunque el empate a dos goles o más ante Croacia nos hace campeones de grupo y manda a Italia a casa, todos en el fondo esperamos que esta noche venzamos para entrar en la fase final por la puerta grande, despejando cualquier tipo de dudas y de miedos, pues esta selección parece ser el único referente fiable que tiene este país.
Al periodismo activo, al que pertenecí durante mucho años, le gusta una polémica "más que a un chivo la leche". En el fondo esas polémicas son el sentir de las discusiones futboleras en el café de la mañana. El tema del 9 ha durado solo tres días. Del Bosque lo ha llevado con esa calma y serenidad tan suya, incluida su socarronería, que le ha hecho ganar aún más en su credibilidad. El 9 verdadero, Torres, ha marcado dos goles. El 9 falso, Cesc Fábregas, ha hecho los mismos. Así que en la balanza del resultado, que en el fondo es quien manda en el fútbol, Vicente del Bosque ha llevado la razón. Viendo los toros desde la barrera me pregunto: ¿se pueden poner en duda las decisiones de un seleccionador que nos ha llevado a ser campeones del mundo? En este país tan futbolero he de decir que sí, pero personalmente, conociendo a Vicente, creo que tiene más que merecido todo el crédito del mundo y hasta los fallos si los hubiere.
Cuidado con Croacia. Esta noche tenemos fútbol y un resultado importante por cosechar. Repito que ganar para despejar dudas sería buenísimo. Aun más, para tener más respeto del que tenemos de nuestros rivales, que nos dan todos como máximos favoritos para renovar el título de campeón conquistado en Austria y Suiza. Cuidado con Croacia, cuya Federación a partir de julio presidirá Davor Suker. Tiene un buen equipo con jugadores muy duros hechos en grandes competiciones. Hasta Ivan Rakitic muestra un nivel mucho más alto que el que ofrece en el Sevilla FC. Habrá que sacar lo mejor de nuestro juego y demostrar al orbe futbolístico que se crece ganando y que no tenemos ningún miedo por las selecciones que se clasifiquen, aunque vuelvan a ser nuestros adversarios en las eliminatorias a cara o cruz que definirán quién será el campeón.
