Los inmigrantes son el recurso indispensable a medio y largo plazo para hacer frente al envejecimiento de la sociedad española y solucionar el desequilibrio entre población activa y jubilada que aumentará en los próximos años, alertaron ayer miembros de la Fundación Empresa e Inmigración. El vicepresidente de esta fundación, Rafael Puyol, cifró en un mínimo de 2,3 millones de extranjeros el número "necesario para mantener la economía española en el horizonte de 2020".
Puyol recordó que el 17 por ciento de la población actual tiene más de 65 años y las previsiones revelan una población muy envejecida formada por las numerosas generaciones del baby boom (14 millones de españoles) que entrarán en la edad de jubilación desequilibrando la tasa de población activa y retirada.
Según explicó Puyol, esto va a provocar unos costes altísimos y unos años -en torno al 2020- "muy problemáticos" que sólo podrán ser sufragados con la incorporación de extranjeros en el mercado laboral, ya que la tasa de natalidad en España se mantiene en 1,5 hijos por mujer.
Según el director general de la Fundación Empresa e Inmigración, Francisco Abad, "es necesario un pacto nacional sobre inmigración que contemple los flujos migratorios teniendo en cuenta la evolución demográfica y las necesidades del mercado laboral, así como la integración de los extranjeros como ciudadanos". En su opinión, éste es "un buen momento" para acordar un marco más estable sobre la inmigración porque la actual situación económica ha provocado un descenso del crecimiento de la productividad y de la llegada de inmigrantes
