El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el primer ministro marroquí, Abas El Fassi, pasaron el viernes página de los incidentes que los enfrentaron en el pasado y apostaron por una relación "sólida" y fructífera, al margen de contenciosos como el de Ceuta y Melilla.
Zapatero, en su primera visita a Marruecos en su segunda legislatura y cuarta como presidente del Gobierno, se reunió con El Fassi y fue recibido en audiencia durante una hora por el rey Mohammed VI, dos encuentros en los que quedaron de manifiesto, según señaló en rueda de prensa, que las relaciones son "extraordinariamente cordiales y positivas".
En declaraciones a la televisión pública marroquí, El Fassi explicó que había trasladado a Zapatero el derecho de Marruecos a recuperar las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla, pero aclaró que en la rueda de prensa conjunta eludió hablar de este contencioso con la excusa de que se trataba de una visita "de amistad" y no de trabajo.
Según fuentes del Ejecutivo español, El Fassi garantizó que Ceuta y Melilla no deben ser un obstáculo en las "excelentes" relaciones que mantienen los dos países y Zapatero trasladó a su homólogo marroquí que, dentro del marco constitucional español, mantendrá siempre una actitud "respetuosa" con Marruecos en esta cuestión.
Cuando un periodista le preguntó por la "congelación" de las relaciones en noviembre del año pasado, cuando Marruecos llamó a consultas a su embajador en Madrid por la visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla, Zapatero rebajó el incidente diplomático a "leve enfriamiento" y aseguró que la agenda que tienen los dos países por delante es "de calor, cercanía e intensidad".
Por su parte, El Fassi destacó que, como países vecinos, España y Marruecos tienen derechos y obligaciones. "Los vecinos a veces tienen problemas comunes porque son vecinos y se reúnen para resolverlos", añadió.
El presidente español incluso bromeó con el buen clima bilateral al admitir que quizá esta visita no resultaba muy noticiosa para los medios, pero garantizó que "las relaciones son y van a ser muy buenas". Según explicó, el objetivo de su primer viaje a Marruecos en esta legislatura era subrayar la "relación preferente" de España con Marruecos, "nuestro vecino y amigo". Con parecidas palabras, El Fassi mostró su satisfacción por acoger "a un amigo de un país amigo", un símbolo de las relaciones bilaterales entre "dos reyes, dos gobiernos y dos pueblos".
De las cuestiones de la agenda bilateral, Zapatero destacó la política de seguridad frente a la inmigración irregular y los "movimientos de radicalismo", los lazos económicos y empresariales y el proyecto de construir un túnel que una a Marruecos con Europa. Así, la Reunión de Alto Nivel hispano-marroquí que se celebra anualmente tendrá lugar en Madrid en noviembre y tratará preferentemente sobre la inmigración, la economía, la cultura y la asociación de Marruecos con la Unión Europea.
Zapatero añadió que la próxima semana viajará a Marruecos el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para incrementar la ya "intensa" colaboración en la lucha contra la inmigración ilegal y mejorar los controles ante las rutas alternativas que buscan las mafias de la inmigración ilegal.
En su reunión, Zapatero y El Fassi abordaron también el conflicto del Sahara Occidental y, según fuentes del Ejecutivo español, el presidente español abogó de nuevo por encontrar una solución en el marco de la ONU y de la legalidad internacional.