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¿Españoles en peligro de extinción?

Se cae el mito del macho ibérico: más de la mitad de los jóvenes posee un semen deficiente, según los expertos. Aunque los andaluces no salen mal parados a la hora de dar la talla. Eso sí, el tabaco, el alcohol y los contaminantes amenazan su salud reproductiva.

el 15 sep 2009 / 16:09 h.

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Se cae el mito del macho ibérico: más de la mitad de los jóvenes posee un semen deficiente, según los expertos. Aunque los andaluces no salen mal parados a la hora de dar la talla. Eso sí, el tabaco, el alcohol y los contaminantes amenazan su salud reproductiva. Y se ven obligados a acudir a centros de fertilidad cuando deciden ser padres.

Porque si a las mujeres les pesan los años, a los hombres la mala vida. La paridad se ha impuesto, por el momento, en la listas electorales y en las tasas de infertilidad del país. A ellos también se les pasa el arroz. Un estudio del Instituto Marqués confirma que el 57,8% de los jóvenes españoles presenta un semen de calidad inferior al que los médicos consideran normal.

Y no se trata de un aviso gratuito: la investigación se realizó en más de 60 centros de reproducción asistida de toda España y ha recopilado datos de un total de 1.239 jóvenes de entre 18 y 30 años que se prestaron voluntariamente al estudio. La clave está en tres párametros: al menos, la mitad deben moverse. El volumen debe rozar los dos milímetros y la concentración, superior a los 20 millones de espermatozoides por centímetro cúbico, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). No obstante, el parámetro más importante, según los especialistas, es la concentración, que sirve de indicador para la fertilidad futura. Y ahí es precisamente donde fallan los españoles.

Por comunidades, Galicia va a la cabeza: sólo un 8,5% de los jóvenes presentan una concentración anormal. En el otro extremo se sitúan Cataluña y Murcia, con el 22,7% de los chicos. Le sigue muy de cerca la Comunidad Valenciana, con el 22%.

Andalucía y Madrid también salen bien paradas: apenas el 13,7% de los andaluces y el 14,8% de los madrileños no alcanzan los mínimos establecidos por la OMS. En el País Vasco la cifra se eleva al 18,7%.

Estas cifras ratifican estudios anteriores que ya evidenciaban una pérdida de calidad del semen en España en los últimos 25 años y justifican las bajas tasas de natalidad actuales, ya que "aunque la subfertilidad sólo indica que estos jóvenes tardarán más en conseguir un embarazo -dependiendo también de la edad y fertilidad de su pareja-, uno de cada cinco jóvenes con un nivel de concentración anormal derivará en infertilidad", apostilló la jefa de Servicio de Reproducción Asistida del Instituto Marqués y directora del estudio, Marisa López-Teijón.

De hecho, esta desigualdad entre comunidades se puede comparar con la que también existe en el número de centros de reproducción asistida. "En Galicia hay muy pocos, mientras que solamente en Murcia capital ya hay cuatro".

Entre los factores que dañan la calidad del semen destaca la contaminación industrial y los disruptores endocrinos, unas sustancias químicas presentes en pesticidas y desinfectantes que actúan en el organismo como si de auténticas hormonas femeninas se tratasen.

Tal es la influencia que ejercen estos pseudoestrógenos que los problemas se localizan en las comunidades autónomas que han protagonizado un mayor grado de industrialización durante los últimos 50 años. De este modo se salvan Galicia y Andalucía, que se han incorporado más recientemente al proceso de desarrollo industrial. Madrid, aunque soporta un elevado grado de polución atmosférica, concentra menor contaminación industrial.

Y este factor, según los investigadores, resulta más determinante que el tabaco, el alcohol, las drogas y las ondas que emiten los teléfonos móviles en el pantalón.

No obstante, la doctora López-Teijón también señala que algunas de las alteraciones descritas podrían originarse antes incluso del nacimiento de esos varones. "El momento clave es la formación del testículo fetal, que se produce en los tres primeros meses de embarazo", subrayó. Y es que el embrión ya está expuesto a los disruptores endocrinos durante el embarazo a través del cordón umbilical. Además, muchos de los alimentos, como la leche, aportan una gran cantidad de hormonas que pueden provocar dichas anormalidades "que se acumulan para toda la vida".

Investigaciones anteriores pusieron de manifiesto que uno de cada cinco varones con concentraciones bajas presentan alteraciones cromosómicas. En estos casos, las técnicas de reproducción asistida son infructuosas para tener hijos. Ahora bien, los expertos echan mano de una propuesta bien curiosa para seleccionar los mejores espermatozoides: "aumentar el número de eyaculaciones semanales mejora la calidad del semen al estimular la función del testículo. Y así, se eliminan los espermatozoides muertos".

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