Como un anticipo de lo que será la próxima Madrugá, Sevilla y Triana ya tienen a la Esperanza en sus pasos de palio. En la Macarena, la Virgen de San Gil luce un tocado en plata, que no utilizaba para la estación de penitencia desde hace más de 40 años, mientras que en la calle Pureza la Virgen de la Esperanza vuelve a mostrar unas de las estampas más clásicas de la Semana Santa con el manto de Sobrinos de Caro del año 1994 que diseñara Juan Borrero.
La mañana en la Macarena ofrecía una imagen distinta a la de años anteriores. Desde primera hora del día era cientos los sevillanos que se agolpaban en la Basílica de la Macarena para contemplar a la Virgen de la Esperanza en su paso de palio. El comentario era unánime: "qué guapa está la Virgen", se escuchaba por el atrio. Este año las manos de Antonio Garduño han devuelto a la dolorosa la belleza de años anteriores con un tocado de lamé de plata y oro que la Virgen no llevaba en su paso de palio "desde hace unos 46 o 47 años", comentaba el propio vestidor. Es un tocado que sólo había lucido la Virgen una vez en su palio, aunque no así en su camarín o en sus cultos ya que es habitual que la Macarena lo luzca cada año el día 31 de mayo, coincidiendo con el aniversario de su coronación canónica.
Junto a esta original pieza, la Virgen de la Esperanza llevará la próxima Madrugá el manto de malla que realizara Juan Manuel Rodríguez Ojeda en el año 1900 y una saya blanca bordada en oro, realizada en el año 2000, y que es una réplica de la que se quemara durante la Guerra Civil.
Tampoco llevará este año la Macarena toca de sobremanto. En 2008 la Virgen estrenó la de los rombos y, el pasado año, recuperó la que le había regalado Juanita Reina, aunque para esta ocasión la junta de gobierno ha optado por no colocar este pieza y que así sea mayor el realce entre el manto de malla y el tocado en plata.
En Triana, la estampa que ofrece la Virgen de la Esperanza es simplemente bella. La dolorosa, en su paso de palio desde el pasado sábado, luce el manto de Sobrinos de Elena Caro bordado en 1994 y que ofrece una estampa clásica de la dolorosa de la calle Pureza. Junto al manto de terciopelo verde, la imagen lleva una saya blanca bordada en oro, obra de las Hermanas Martín Cruz, quienes también realizaron la toca de sobramento que llevará la Esperanza y que va a juego con la pieza de color blanco.
Aunque si la imagen que ofrece la dolorosa de la calle Pureza es puro clasicismo es gracias al tocado que luce para la estación de penitencia. La Virgen estrena una pieza en hilo de plata que combina con el tocado en oro que lo envuelve. Una imagen que nos ofrece a una Esperanza bella y fina, que mantiene el estilo de épocas pasadas que recuperó con el nombramiento de Javier Hernández como vestidor, y con el que recibirá la Medalla de la Ciudad el próximo Sábado.
