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Esperas de 45 minutos el primer día del paro de Casal

Los 13.500 usuarios habituales de los autobuses metropolitanos que explota la empresa Casal se han encontrado con eternas esperas el primer día de la huelga indefinida convocada por el sindicato ASC, una jornada marcada por pocos incidentes, a diferencia de anteriores paros en este servicio. (Foto: Gregorio Barrera).

el 15 sep 2009 / 04:51 h.

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F. Veiga/ S.Ruiz

Los 13.500 usuarios habituales de los autobuses metropolitanos que explota la empresa Casal se han encontrado con eternas esperas el primer día de la huelga indefinida convocada por el sindicato ASC, una jornada marcada por pocos incidentes, a diferencia de anteriores paros en este servicio.

Así, el director de Casal, Luis Martín, denunció apenas el apedreamiento de dos autobuses en Castilblanco de los Arroyos y del bloqueo con silicona de la cochera de El Viso del Alcor. Pero la disminución en los incidentes -e incluso en el seguimiento, que por primera vez en los tres meses de huelga intermitente no es total al desmarcarse de la protesta parte de los conductores de servicios discrecionales, menos del 10% de la plantilla- no ha traído la disminución de las esperas de los usuarios, al menos en las sufridas líneas que conectan varios barrios periféricos de Sevilla y Alcalá de Guadaíra.

Aguardar el coche de línea en la parada de regulación de la línea 29 de Tussam (Prado de San Sebastián-Torreblanca) llegó a alcanzar los 50 minutos en un ambiente caldeado desde bien temprano. La dinámica seguida por los conductores de esta línea fue la de unir dos servicios para que el tiempo de espera en las paradas se alargara.

Ni siquiera uno de los empleados de la empresa de transportes -pidió que su nombre no se publicara, por "miedo al jefe", se aclaraba con los horarios delante. "Los cinco autobuses a Torreblanca tienen las salidas desde el Prado cada 20 minutos, aunque no sé si después los conductores van más lento. ¡Es un descontrol!", apostilló.

La situación llegó a ser caótica cuando el 29 aparecía por alguna de las marquesinas de Tussam. El tráfico sobre las doce era fluído pero los momentos de tensión no cesaron. "Como coja por el barrio al chofer? Se ha pasado de parada y encima ha tirado por el otro carril. Sin exagerarte llevo 40 minutos", explicaba Julio Esmeralda al subirse en Los Arcos. El autobús iba lleno y hasta Torrebalca faltaban unas 12 paradas.

La situación a las 11.30 era incluso peor en las líneas de Casal adscritas al Consorcio Metropolitano de Transportes. Los viajeros en la parada para ir Alcalá de Guadaíra (M-121 y M-123) confesaron esperas de hasta 90 minutos -fue el caso de José Luis Asensio-, aunque la media se situó en los 45. Tras tanto tiempo aguardando llegaron tres autobuses en el intervalo de 30 minutos, entre las 11.40 y las 12.10.

Las 15 personas que aguardaban en la parada estaban todas indignadas. Además, la mayor parte de ellos no eran usuarios de autobús habituales. Su número ha ido decreciendo desde que comenzaron los paros en marzo, como reconocen -a ojo, sin cifras- la empresa y los trabajadores. Estos últimos incluyeron una donación de sangre entre sus actos de protesta.

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