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«Esta policía no tiene nada que ver con la de antaño»

A veces, la televisión se honra de poder contar con grandes del cine y del teatro, actores capaces de elevar el listón. Es el caso de la serie 'Los hombres de Paco', que cuenta con este actor sevillano.

el 14 sep 2009 / 22:42 h.

-Juan Diego es conocido por todo el mundo como un gran actor de teatro y cine, pero en los últimos tiempos ha hecho mucha televisión, y con éxito. ¿Es para usted una faena alimenticia o se lo toma tan en serio como otros géneros?

-No creas, me lo tomo muy en serio, tanto como cualquier otro trabajo que me salga. Pero es que, además, cuando algo me gusta mucho doy más de mí mismo, y Los hombres de Paco es un ejemplo de ello. Las series por lo general no son nada agradables, pero con ésta llevamos ya tres años y todavía me lo paso como un enano. Todos los días, a las siete de la mañana, voy a currar la mar de contento. Y es una gozada llegar, y ver el buen ambiente, con [Paco] Tous, Hugo [Silva], Adriana [Ozores]...

-La televisión es un medio muy competitivo. ¿Qué ambiciones tiene la serie?

-Simplemente dar a conocer la comisaría más celtibérica que te puedas echar a la cara. Son curiosas las reacciones de ese cuerpo superior de Policía lleno de anormalidades surrealistas. Me producen mucha ternura esos degenerados, que sabe Dios qué sería de ellos si no fuera por don Lorenzo...

-Ustedes, los veteranos, siempre dicen que se aprende mucho de los actores jóvenes. Pero nunca sabemos si es una fórmula de cortesía, o si realmente están convencidos de ello.

-Siempre se aprende, de los jóvenes y de los viejos. Y se aprende sobre todo de uno mismo: cuando hay esa actitud, esa necesidad de estar vivo, entonces no dejas nunca de aprender. Luego, cada persona que se acerca a ti viene de un mundo distinto. ¿Cómo no vas a aprender algo de cada cual?

-Tiene gracia verle en la pantalla de uniforme, con lo mal que usted se llevaba antaño, en tiempos de militancia antifranquista, con la policía.

-Sí, hubo una época, hace años, en que andábamos a leches todo el santo día [risas]. Afortunadamente, el propio cuerpo se normalizó al tiempo que lo hacía el país. La policía actual no tiene nada que ver con la que conocimos entonces.

-También es curioso que, después de haber encarnado a docenas de personajes, desde Franco a San Juan de la Cruz o a Cabeza de Vaca, ahora le saluden por la calle sobre todo como el comisario de Los hombres de Paco.

-Sí, y eso ha propiciado situaciones muy cómicas. Mira, me dieron la medalla de las Bellas Artes, y venía el Rey, la Ministra de Cultura, imagínate... Y en esto que me dicen, "Lorenzo, nos queremos hacer una foto contigo". ¡Y eran los secretas que estaban custodiando a las autoridades. "Total, no te vas a acordar de nosotros...". Fue muy divertido.

-Vamos, que en las fuerzas de seguridad del Estado tiene usted un público fidelísimo.

-Les divierte vernos, supongo. A los guardias civiles también les caemos muy bien, me consta. Nuestra serie no es la de Tito Valverde [El comisario], son otros parámetros, pero supongo que para ellos supone, no sé, algo así como un desahogo.

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