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Estepa y la fábrica de chocolate

el 17 sep 2011 / 18:54 h.

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Fachada principal de la Despensa de Palacio, conocido por sus dulces y sus mantecados.

Estepa endulza su futuro. Mientras sus calles huelen, desde mediados de agosto, a Navidad, en una parcela de la calle Alfajor, en el polígono industrial Sierra Sur, se levanta un edificio que busca deleitar el paladar y, de paso, arrebatar ese aire de temporalidad de vivir por y para el mantecado. La Despensa de Palacio, conocida en medio mundo por el cuidado más artesanal del mantecado y, por ende, del dulce, se ha embarcado en la aventura de construir un Museo del Chocolate en Estepa y, de paso, devuelva a la provincia esa condición de tierra del dulce.

El museo no es una idea sobre el papel. Ya se está construyendo en el citado polígono y la estructura estará lista en octubre si se cumplen las previsiones, según explicó el dueño de la Despensa de Palacio, Antonio Rivero. "La idea es que cuando llegue la temporada fuerte del mantecado no haya obra por fuera", precisa. Después llegará el momento de llenarlo de contenido con vistas a que abra al público en torno a la primavera del año que viene. El Museo del Chocolate constará de dos plantas.

La planta baja se centrará en la historia del chocolate, con una proyección y material didáctico, así como la exposición de material que explique el proceso de elaboración desde el primer paso, que pasa por la obtención del cacao de las mazorcas. Además, habrá utensilios, estuches antiguos y moldes que se usaban para la fabricación.Una vez saciada la vista, toda deleitar el gusto. La segunda planta se centrará en la producción y la degustación. Para ello se podrá ver la transformación del cacao en chocolate en unas máquinas de finales del siglo XIX y siglo XX. Y, después, los visitantes podrán probarlo. No será un chocolate cualquiera.

Rivero se ha pateado pequeñas plantaciones de América, donde ha obtenido el cacao necesario para sus obras maestras, cuya materia prima viene de México, Ecuador o Venezuela, por citar algunos países. Para ello, ha contado con la ayuda de una ONG y, además, "paga a los agricultores a un precio razonable para que puedan vivir de sus cultivos". La elaboración será en Estepa, con lo que el museo abrirá otra etapa: Estepa no sólo será capital del mantecado, sino que se convertiría en capital del dulce, un distintivo que permitiría que la repostería estepeña pueda funcionar todo el año.

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