El delantero del filial bético carga un saco de balones en uno de los campos de la Ciudad Deportiva Luis del Sol. / Bernardo Ruiz
Este verano su nombre ha sonado por varios equipos, pero finalmente ha decidido continuar una temporada más en el Betis B y ayudar a conseguir la permanencia a la entidad de Heliópolis en el curso del regreso a la categoría de bronce del fútbol español. Con tan solo 21 años, el delantero placentino cumplirá su tercera campaña defendiendo la camiseta de las trece barras, convirtiéndose en uno de los futbolistas de mayor peso en el equipo de Juan Merino.
Como se podía prever al ver el calendario de Liga, ha sido un inicio complicado... Sí, estaba claro que ellos jugando en casa ante su gente y en el primer partido de Liga iban a salir a morder desde el primer minuto. Fueron a muerte y no se relajaron un poco hasta que lograron el primer tanto.
¿Qué es lo que os faltó en el Carranza para poder sacar un resultado positivo? Quizás hubo nervios en el equipo, sobre todo porque había algunos jugadores que debutaban y siempre es complicado, más aún en un campo como el Carranza y ante un equipo tan fuerte como el Cádiz.
¿Le sorprendió su suplencia en el choque del sábado? Son decisiones del míster y hay que acatarlas. Está claro que uno siempre quiere jugar, pero también es cierto que somos tres delanteros por un puesto.
Ahora, con más ganas si cabe de conseguir el triunfo en casa ante el Arroyo... Por supuesto. Nosotros tenemos muy claro que lo principal es ganar los partidos de casa para lograr el objetivo, y si luego sumamos algún punto fuera mejor. El Arroyo es un equipo fuerte en su campo, pero fuera no es tan fiable.
El año pasado sufrió una lesión muy grave, y aunque ya ha vuelto a jugar, ¿queda totalmente olvidada? Sí, la recuperación de la hernia ha sido perfecta, y ya estoy a tope para meter muchos goles esta temporada.
Al ser el Betis B un equipo recién ascendido a la categoría, ¿se puede aspirar a algo más que a la permanencia? Está claro que el principal objetivo es la permanencia, y a partir de ahí todo lo que venga será bien recibido.
El míster comentó hace unas semanas que un posible descenso a Tercera sería secundario para él. ¿Está de acuerdo con esas declaraciones? Bueno, yo soy más ambicioso quizás. Yo creo que es muy importante que el equipo mantenga la categoría, porque eso querrá decir que hemos hecho una muy buena temporada.
¿Cuáles serán esos rivales que lucharán con vosotros por la salvación? Casi siempre suelen ser los equipos recién ascendidos del año anterior los que están en esos puestos, y creo que este año volverá a suceder lo mismo. Sobre todo los filiales, que quizás suelen ser los equipos más endebles.
Hablando de filiales, este año de nuevo derbi chico... El primer año que estuve aquí, hace dos temporadas, ya viví un Sevilla Atlético-Betis B. Aquella temporada no nos fue muy bien porque nos ganaron en su campo y luego empatamos aquí, así que estamos motivadísimos y deseando jugar de nuevo con ellos. Hay ganas de revancha.
Este verano su nombre ha sonado para varios equipos aunque al final ha decidido quedarse en el Betis. ¿Cuál ha sido la razón principal para su continuidad? El principal motivo es que tampoco he visto una gran diferencia de nivel entre Segunda y Segunda B, y también porque pienso que tanto el primer equipo como nosotros haremos un buen año y estaremos en la pomada. Es mi último año de sub 23 y quiero aprovecharlo.
¿Qué tal está siendo el trabajo con Merino? Muy bien, es muy exigente. Trabaja mucho el físico, que es lo importante en la categoría. Nos mete mucha intensidad en los entrenamientos.
Este año está llamado a ser uno de los jugadores importantes en el equipo. ¿Se siente preparado para asumir ese rol? Yo pienso que todos los jugadores somos importantes, pero sí es cierto que al ser uno de los jugadores del equipo con más minutos en Segunda B debo tener un poquito más de peso sobre mi espalda.
A nivel personal, ¿se ha marcado algún objetivo o meta esta temporada? Yo creo que llegando a los diez goles sería para mí una buena temporada, además de trabajar y dejarme la piel en el terreno de juego todos los domingos.
