La violencia machista no ofrece treguas. Un hombre de 67 años estranguló ayer hasta la muerte a su esposa, de 61, en el municipio pontevedrés de Cangas do Morrazo. Tras cometer el crimen, llamó a la Guardia Civil para entregarse. Ninguna denuncia de malos tratos pesaba sobre el agresor.
El supuesto asesino, que responde a las iniciales A.O.L., llamó a la Guardia Civil para confesar que había matado a su esposa y se entregó a los agentes una vez que se personaron en el lugar de los hechos. La víctima responde a las iniciales C.F.M. Tenía 61 años de edad y nunca había denunciado por malos tratos a su marido, de quien no constan antecedentes penales.
El Instituto Armado recibió la voz de alerta a las 9.40 horas de ayer y el 061 envió a un médico del centro de salud de Cangas, que sólo pudo certificar la muerte de la mujer.
Vecinos y familiares de la pareja consultados confesaron su "sorpresa" ante los hechos y coincidieron en señalar que "nadie se podía imaginar que podía pasar algo así", ya que -aseguraron-, se trataba de una familia que "no tenía problemas" y aparentemente "se llevaban muy bien". Por su parte, la corporación municipal de Cangas se reunió ayer para elaborar una declaración de repulsa de todos los grupos y convocó una concentración para hoy a las 19.30 horas frente al ayuntamiento para condenar la violencia de género.
Ésta es la primera víctima mortal de la violencia sexista que hay que lamentar este año en la comunidad gallega. Sin embargo, se han registrado casos graves en los que la víctima ha sobrevivido, como el de Celia N.F., de 52 años de edad, a quien su marido prendió fuego el pasado 22 de enero en Ourense y le provocó quemaduras de segundo grado en el 10% del cuerpo.
