Berasategui (izquierda) junto a su chef en Santo, Baltasar Díaz Corbacho.
El restaurante Santo de Martín Berasategui, alojado en el hotel EME, justo enfrente de la Catedral de Sevilla, logró ayer su primera estrella Michelín cuando todavía ni siquiera ha cumplido su primer año de vida, según confirmaron anoche fuentes del propio restaurante, que admitieron su enorme alegría por la noticia. La distinción coloca a Berasategui como el más laureado de los chefs españoles junto con Santi Santamaría, al acumular un total de siete estrellas en los restaurantes que tiene repartidos por todo el país.El restaurante Santo, que abrió sus puertas a mediados de febrero y por tanto apenas lleva nueve meses funcionando, está dirigido por el joven cocinero andaluz Baltasar Díaz Corbacho (Ronda, Málaga, 1980). Diplomado superior en Cocina de la Escuela de Hostelería de Sevilla, en la Taberna del Alabardero, Díaz Corbacho se formó en cocinas de prestigio como la que Berasategui tiene en Lasarte (3 estrellas Michelín), donde terminó siendo jefe de cocina y responsable del denominado banco de pruebas, el centro de I+D de la cocina, en el que se prueban las posibilidades de los alimentos y se ensayan propuestas innovadoras para cada nueva temporada, responsabilidad que dejó para dirigir la cocina del restaurante Santo a principios de este año.
La guía Michelín entrega de esta forma su segunda estrella en Sevilla capital, donde hasta ahora sólo ostentaba ese prestigioso reconocimiento el restaurante Abantal, junto a Luis Montoto, que ha revalidado por tercer año consecutivo un reconocimiento que se ganó en 2008 su jefe de cocina, gerente y copropietario, Julio Fernández.
Fuera de la capital, un tercer local sevillano puede presumir de estrella: La Alquería, el restaurante que Ferrán Adriá asumió en las instalaciones de la Hacienda Benazuza, en el municipo de Sanlúcar la Mayor.
Entre las estrellas también destaca la segunda lograda por el cocinero malagueño Dani García para su local Calima, en Marbella (Málaga). El restaurador andaluz, que durante un tiempo firmó las recetas de diseño de El Burladero, el bar de tapas del Hotel Colón de Sevilla, se convierte así en el único cocinero andaluz cuyo local puede presumir de dos estrellas Michelín.
