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Estudios Pixar, un viaje a la cocina de los sueños

Viajamos a San Francisco, ciudad que esconde, entre sus muchos atractivos, la sede de los estudios que han revolucionado el cine animado en los últimos años.

el 02 dic 2009 / 20:17 h.

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Cuando se cruza el inmenso umbral de los estudios Pixar, en la pequeña localidad de Emeryville, cerca de San Francisco, uno tiene la sensación de estar entrando en una película, mezcla de instituto norteamericano y parque temático. Allí, a sus 700 trabajadores se les puede ver circulando en patinete, con sus portátiles al hombro, dispuestos a echar diez horas al día. Pero si hay un lugar en el que el trabajo llega a convertirse en placer, eso es Pixar.

Este suplemento ha tenido la oportunidad de conocer las cocinas de esta fábrica de sueños, de muros de cristal, que sólo abre sus puertas una vez cada año a los medios de comunicación. La excusa, el lanzamiento en DVD y Blu-Ray de Up.

Gimnasios, piscinas, cafeterías, decenas de cocinas repartidas por todo este campus (lo llaman así porque se imparten cursos a universitarios), zonas de videojuegos, pistas de voley playa... Éste es su secreto, aunar el ocio y el trabajo de sus talentosos creativos. De hecho, un solo vistazo a estas increíbles instalaciones es más que suficiente para percibir que aquí no quieren ver el estrés ni en pintura.

No en vano, los empleados pueden tomarse un respiro en cualquier momento y disfrutar de las exquisiteces de sus restaurantes, echar un café junto a sus compañeros en uno de los muchos sofás repartidos por las oficinas o entretenerse con una reproducción teledirigida de la casa de Up para relajarse. Y tras el asueto, a pasarse por alguna de las cocinas (hay con todo tipo de cereales) para coger fuerzas, y de vuelta a los despachos que, por cierto, pueden tematizar a su gusto, recreando escenas de sus películas. Y es que Pixar cuida hasta el más mínimo detalle, incluso los aseos, diferenciados por sexos con dibujos de Toy Story.

Pero además de ser un centro de trabajo, un campus universitario y un perfecto lugar para el ocio, los estudios Pixar son también un museo. Una vez que se deja atrás el recibidor de los estudios, con toda suerte de muñecos gigantes en la puerta, se accede a una exposición que recorre todas las plantas del edificio: esculturas (que se emplean para trabajar los gestos de los personajes), pinturas, miniaturas y, sobre todo, dibujos hechos a mano a partir de las historietas que son auténticas obras de arte. De hecho, los fondos que han acumulado en sus 20 años de historia los prestan en los principales museos del mundo. Pero Pixar muda la piel con cada estreno, por lo que el próximo año todo el atrezzo cambiará para adecuarse a Toy Story 3.

Y como guinda a la visita, que por cuestiones de espionaje empresarial no pasa por la zona de dibujo y diseño de la compañía, una sesión de cine en la sala de exhibición de Pixar para conocer en exclusiva el corto de animación que acompañará a Up en el DVD, La misión especial de Bug. Aquí se visionan los proyectos de Disney Pixar para todos sus trabajadores (incluidos cocineros), que participan en el proceso creativo. Y en este teatro mágico, con un techo que recrea el cielo de una noche constelada de estrellas fugaces, Pixar echa el telón hasta 2010, cuando volverá a abrir sus puertas al mundo para enseñar su nueva apuesta: Toy Story 3.

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