ETA siguió al pie de la letra las amenazas de su último comunicado y volvió a atentar contra los socialistas. Una bomba, con cinco kilos de explosivo, estalló en una sede del PSE-EE en Bilbao y causó heridas leves a siete ertzainas. El lehendakari se apresuró a lanzar un mensaje a ETA: no parará a la sociedad vasca con sus acciones.
La banda terrorista atentó ayer contra la Casa del Pueblo del barrio bilbaíno de La Peña tan sólo 15 días después de que amenazara en su último comunicado a los militantes socialistas. "¿No pensarán los militantes del PSOE que ETA se va a quedar de brazos cruzados viendo cómo, con impunidad, torturan a militantes vascos, los detienen, les imponen una condena de por vida e ilegalizan partidos políticos?", señaló la banda en este escrito, publicado el pasado 2 de abril.
Prueba de sus amenaza es que este último atentado ha sido el quinto que ETA comete contra los socialistas desde la ruptura del alto el fuego y el primero contra el PSE-EE desde el asesinato del ex concejal de Mondra- gón Isaías Carrasco. Anteriormente, en octubre, colocó una bomba en el vehículo oficial del escolta de un concejal socialista vizcaíno, también en el barrio de La Peña como ayer.
El artefacto que estalló en la Casa del Pueblo fue descubierto a las cinco de la mañana por una patrulla de la Ertzaintza, que formaba parte del dispositivo especial "que atiende a los socialistas", según explicó ayer el consejero de Interior, Javier Balza. La patrulla detectó un maletín, colgado con una cadena de la manilla de la puerta de la sede socialista, que tenía un cartel que decía "Peligro: bomba ETA".
Media hora después, la Asociación de Ayuda en Carretera-DYA de Vizcaya recibió una llamada en la que un hombre, en nombre de ETA, alertaba de la explosión de una bomba". A la hora indicada por el comunicante, el artefacto estalló y provocó heridas leves a siete ertzainas que participaban en el desalojo del lugar desde que una hora antes se localizó el artefacto: dos sufrieron afecciones en los oídos por la onda expansiva, uno fue lanzado al suelo cuando volvía de evacuar a un anciano y los otros cuatro sufrieron pequeños cortes por los cristales caídos con la explosión.
Todos fueron atendidos en el lugar del atentado, sin que fuera necesaria su hospitalización, pero los afectados en los oídos tendrán que pasar revisiones para comprobar sus lesiones.
La estrechez de las calles y el hecho de tener que evacuar a personas mayores que no podían moverse con la urgencia necesaria fueron las causas de que la explosión sorprendiera a los agentes, según Balza. En cuanto a los daños materiales, fueron cuantiosos en la Casa del Pueblo y en dos vehículos aparcados ante la misma. También sufrieron desperfectos cristales de viviendas y locales cercanos.
Mirada adelante. El lehendakari, Juan José Ibarretxe, realizó ayer en San Sebastián un reconocimiento "al esfuerzo" que realiza "día a día" la Ertzaintza y advirtió a ETA de que no logrará parar a la sociedad vasca con sus acciones terroristas. Ibarretxe mostró su solidaridad con el PSE-EE, con los siete ertzainas heridos, "afortunadamente", de carácter leve, y con el conjunto de la Ertzaintza.
"Es curioso que el día en el que la sociedad vasca está mirando hacia adelante, tenemos a ETA mirando hacia atrás, hacia el pasado destructivo al que no queremos volver de ninguna manera. Construyendo unos y destruyendo otros", aseveró.
