El objetivo de ETA sigue siendo matar. El comando Nafarroa, desarticulado la semana pasada, tenía "diversos objetivos concretos", básicamente fuerzas de seguridad de "todos los niveles" y algunos civiles, según señaló el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
En concreto, los objetivos de la banda son fuerzas de seguridad locales, autonómicas y de la Guardia Civil y la Policía, señaló el ministro, quien también mencionó algunos "objetivos civiles" que no concretó porque "tienen nombres y apellidos, caras y ojos y seguro que no les gusta en absoluto salir en los periódicos".
Pérez Rubalcaba quiso ser prudente a la hora de facilitar información en este sentido, pero sí recordó que cuando se detuvo al comando ya dijo que sus integrantes estaban dispuestos y preparados para actuar. "De hecho, hoy ya podemos decir algo más claro. La Policía actúa porque estamos convencidos de que van a actuar y por eso dije también que se trataba de una actuación preventiva", subrayó. Rubalcaba aseguró que "sabemos bastantes más cosas" y con ellas dijo que puede ratificar punto por punto que "efectivamente hemos evitado mucho dolor y mucho sufrimiento" porque la banda estaba "lista y dispuesta" para matar.
Por otra parte, el ministro evitó referirse, como dijo es costumbre, al último comunicado de la organización terrorista porque la única respuesta que cabe se dará "a través de" las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Preguntado por la afirmación de los terroristas de que obligarán al Gobierno a volver a negociar, Rubalcaba respondió que "es obvio" que eso no se producirá.
Solidaridad . En este contexto, las víctimas del terrorismo trasladaron ayer su solidaridad a la directora de la Oficina de Atención a las Víctimas del Gobierno vasco, Maixabel Lasa, después de que su labor fuera criticada por ETA en el comunicado difundido el miércoles y recordaron que se trata de la primera vez en la que la organización terrorista se refiere directamente a una institución o colectivo de víctimas.
Mientras tanto, la Clínica Universitaria de Pamplona ha atendido desde el miércoles a un total de 250 personas, de las cuales 56 permanecían ingresadas ayer al cierre de esta edición por la inhalación de gases desprendidos en los locales del Edificio Central de la Universidad de Navarra, donde ETA atentó con un coche bomba el pasado día 30 de octubre.