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ETA recupera su capacidad de hacer bombas pese a perder su gran fábrica

ETA vuelve a tener una importante capacidad para fabricar explosivos. Así lo ha certificado el atentado de Legutiano, con el que la banda ha demostrado que ya superó el duro golpe que le supuso perder su principal fábrica de bombas. También se confirma que la estructura etarra es fuerte en Francia.

el 15 sep 2009 / 04:52 h.

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ETA vuelve a tener una importante capacidad para fabricar explosivos. Así lo ha certificado el atentado de Legutiano, con el que la banda ha demostrado que ya superó el duro golpe que le supuso perder en septiembre su principal fábrica de bombas. También se confirma que la estructura etarra es fuerte en Francia.

La principal fábrica de bombas de ETA fue desarticulada el 1 de septiembre de 2007 en la localidad francesa de Cahors, en una operación en la que fue detenido el máximo responsable de la fabricación de los artefactos, Luis Ignacio Iruretagoyena. Sin embargo, sólo nueve días después, el 10 de septiembre, la banda puso un coche bomba ante la delegación del Ministerio de Defensa en Logroño, con lo que se constató que la banda disponía de más de una fábrica para construir coches bomba.

El intento de Logroño fue un fracaso, ya que un fallo en el sistema de ignición evitó la explosión. Desde entonces, ETA ha perfeccionado el sistema y ha experimentado con nuevos y más potentes explosivos.

La culminación de esta escalada fue la madrugada del miércoles en Legutiano, donde la banda mató al guardia civil Juan Manuel Piñuel y cometió un atentado que recordó a algunos de los más sangrientos de los años 80 y principios de los 90. Desde 1979 se han registrado 77 ataques a casas cuartel en los que han muerto 33 personas, entre ellos varios niños, como ocurrió en Zaragoza y Vic (Barcelona).

Infraestructura. Al margen de que ha recuperado plenamente su capacidad operativa, el atentado de Legutiano ha puesto de manifiesto una vez más que ETA cuenta con una potente infraestructura de legales, es decir, que no son terroristas liberados. Estos legales pueden llevar una vida absolutamente normal, tanto que no se descarta que por la hora del atentado (sobre las 3 de la madrugada) los etarras se incorporasen por la mañana a sus puestos de trabajo con toda normalidad.

En cuanto a la investigación, se ha sabido que la furgoneta utilizada en el ataque fue sustraída el pasado 16 de abril en las proximidades de Limoges (Francia). Esto hace pensar a los investigadores que el comando Vizcaya recibió la Citroen Berlingo ya cargada de explosivos y lista para el atentado.

El miembro de ETA que aparcó la furgoneta-bomba a pocos metros de la casa cuartel cubrió su rostro con un pasamontañas que luego fue recuperado en el coche que utilizó el comando para huir. Este segundo coche, un Peugeot 306 en el que falló el dispositivo que le pusieron para que ardiese, fue robado el 14 de abril en Berango y escondido durante un mes en algún local de la infraestructura que tiene el comando.

Los etarras se arriesgaron a desplazar el Peugeot 306 desde su escondite hasta el cuartel, a pesar de que es un coche cuyo robo había sido denunciado, sin preocuparse por doblar las placas de matrícula.

Los investigadores creen que probablemente confiaron en que la noche les facilitaría un desplazamiento discreto y que utilizaron un tercer coche como vehículo lanzadera que les pudiera prevenir de cualquier presencia policial. Este tercer vehículo fue el utilizado para continuar la huida tras abandonar el Peugeot en el monte Urkiola.

La investigación ha determinado que el terrorista que conducía la furgoneta-bomba, que llevaba puesta una capucha, abandonó el vehículo y se subió en el otro, que abandonó precipitadamente el lugar.

Unos 45 segundos después de haber parado el coche bomba, explotó.

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