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ETA siguió durante marzo la pista de un militar destinado en Sevilla

El Ministerio de Defensa confirmó ayer que ETA estuvo siguiendo durante un mes a un militar destinado en Sevilla. La vigilancia se produjo a principios de la pasada primavera y ha sido descubierta por la información que obraba en poder de Thierry, el jefe político y militar de la banda, detenido en mayo.

el 15 sep 2009 / 20:05 h.

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El Ministerio de Defensa confirmó ayer que ETA estuvo siguiendo durante un mes a un militar destinado en Sevilla. La vigilancia se produjo a principios de la pasada primavera y ha sido descubierta por la información que obraba en poder de Thierry, el jefe político y militar de la banda, detenido en mayo.

Según informaron ayer fuentes del ministerio que gestiona Carme Chacón, un militar del que no ha trascendido ni Ejército, ni arma ni graduación fue sometido a vigilancia intensiva por miembros de la banda terrorista ETA expresamente desplazados a la capital sevillana. Los primeros datos apuntan a que ese seguimiento se llevó a cabo por un único colaborador de los terroristas, aunque en este momento la Guardia Civil sigue investigando el caso, pues todavía no ha conseguido identificar al militar sobre el que los asesinos habían puesto sus ojos. Sí se ha confirmado que el marcaje se produjo "hacia marzo" y se prolongó por espacio de "un mes corto".

Este nuevo objetivo de ETA en Sevilla, del que informó el diario La Razón en su edición de ayer, ha sido localizado gracias a la información intervenida en el ordenador personal de Francisco Javier López Peña, alias Thierry, líder político y militar de la banda hasta el pasado 20 de mayo cuando, en una operación conjunta entre la Policía francesa y la Guardia Civil, fue detenido en Burdeos (Francia) junto a tres etarras más. En su poder se hallaban documentos con información sobre la vivienda oficial en la que reside el militar, así como una afinada descripción física y anotaciones "superficiales" de sus rutinas.

Thierry tenía una lista con 50 nombres de posibles víctimas, entre los que se encontraba el de este militar destinado en Sevilla, numerosos miembros de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y políticos. La mayoría de los archivos que guardaba estaban encriptados, lo que está complicando notablemente la obtención de información y de órdenes, pero por fortuna este expediente, con sus correspondientes notas, aún era legible.

El diario informó, citando fuentes de la investigación, que pese a este caso no hay motivos para pensar que ETA tenga en Andalucía una estructura estable o un comando activo. Los efectivos de la lucha antiterrorista no descartan que el mismo vigilante que siguió al militar haya identificado otros objetivos para sus acciones criminales en la región.

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